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jueves, 12 de junio de 2014

{SiChul} The Little Merman

Nombre del Fic: The Little Merman
Autora: Giova Saeng
Personajes: Heechul, Donghae, Choi Siwon.
Genero: Yaoi, angst, drama.
Duración: 4 caps.
Nota: Este fic está basado o inspirado en la VERDADERA historia de la sirenita, y no es la de Disney, sino la que escribió Hans Christian Andersen de Dinamarca. Si buscan información, sabrán que en ese país hicieron hasta una estatua de la sirenita. Es como una leyenda que hasta se llegó a dudar si realmente pasó aquello. Esta versión es triste. Estan advertidas. Desde pequeña vi esta versión y debo decir que siempre me pone meláncolica...y me gusta. Soy masoquista. Espero que lo disfruten o me odien por esto pero les gustará. (Algunos parráfos o frases son de la historia original)








{Capitulo 1}



Mar adentro, muy lejos de la costa, allá donde las aguas son de un azul más azul que el añil más intenso, se encontraba el palacio del rey del mar. Hacía ya muchos años que el rey del mar había quedado viudo, pero su anciana madre cuidaba del palacio con admirable energía, se sentía justamente orgullosa de su ilustre y noble estirpe y, para dejar constancia de ello, se adornaba la cola con doce ostras, mientras que a las otras damas de palacio sólo les estaba permitido llevar seis. Sus nietos, las cinco princesas  y el principe del mar, eran todos hermosos, especialmente el más joven, Heechul, quién superaba a sus hermanas en belleza siendo un varón. Sin embargo, ninguno de ellos tenía pies, porque en el lugar donde todos los niños tienen las piernas ellos lucían una plateada cola de pez.




El palacio se encontraba en las profundidades del mar. Sus paredes eran de coral transparente y el techo estaba decorado con conchas. Muchas de las conchas se entreabrían de tanto en tanto y, durante unos instantes, dejaban vislumbrar el resplandeciente brillo de las perlas que guardaban en su interior, tan maravillosas que no hubiera podido encontrarse nada mejor para adornar la corona de una reina.


Un poco más lejos del castillo real, se encontraba el area privada para los sirenos mas jovenes de la realeza. Sin embargo, el joven principe se aventuraba con su mejor amigo, Donghae, por aquellos lugares peligrosos.


La bruja del mar tenia el poder de crear tempestad y lluvia en la superficie, creando naufragos o hundimientos de cientos de navíos.


Una de esas noches en que la bruja creó su espectaculo, un barco enorme se hundió por el area que a Heechul no se le estaba permitido ir hasta que cumpliera los quince años. Pero por supuesto, Heechul rompía constantemente las reglas con Donghae. Ambos esperaron a la noche cuando sus hermanas, padre y abuela habian quedado dormidos. Y los dos pequeños, Heechul de 14  y Donghae de 13 años, fueron hasta donde se encontraba el barco hundido. El mastil estaba doblado a mitad y las velas blancas del barco parecian estar un poco quemadas y rotas por lo que suponian habia sido los rayos de la tormenta.


Los dos sirenos nadaron por los pasillos y habitaciones del barco, estudiando cada objeto raro de los humanos y bromeando de paso. Al llegar a la ultima habitacion, una muy grande, Heechul vió justamente en el medio una estatua de un hermoso hombre, esculpida en mármol blanquísimo. Heechul se acerco observandolo fijamente, estudiando cada detalle del rostro de esa estatua. Tenia tallada una anchas cejas muy expresivas, y Heechul se preguntaba cual seria su color real. ¿Seria rubio, castaño, pelinegro? Una fascinación muy grande empezó a crecer dentro suyo mientras mas observaba a esa hermosa estatua.


Desde aquel día, Heechul regresaba al mismo lugar donde estaba la estatua. Pasaba las noches y a veces tarde junto a ella. Le acericiaba con sus finos dedos aquellas cejas de mármol, aquellos labios esculpidos, su nariz puntiaguda, sus largas piernas.


Donghae le dejó muy claro en algun momento que estaba preocupado. Le habia dicho que no debería de obsecionarse con esa estatua, que tal vez ni siquiera existía, y si lo hacía, no se le estaba permitido tener contacto directo con ningun humano. Heechul no escuchó.


En el reino debajo del mar, no habia problemas con estar casado con alguien del mismo sexo, a diferencia de los humanos.


Heechul anhelaba conocer el mundo que, allá arriba, emergía sobre las aguas, aquellas tierras pobladas de seres extraños que habían esculpido la estatua del hermoso hombre y siempre le pedía a su abuelita que le contara historias de los humanos que vivían en la tierra. Aunque absolutamente nadie sabia de la estatua, excepto su mejor amigo Donghae.


-"Pronto cuando tengas quince años."- respondía la abuela- "podrás nadar hacia lo alto y sentarte en las rocas de la costa."


Cuando se daba el caso que la luna estaba llena, las cinco hermanas de Heechul se cogían del brazo y remontaban juntas las aguas desde el fondo. El rumor de sus voces y risas, más finas y claras que las que cualquier mortal está habituado a escuchar, llegaba a veces a oídos de los marineros, “eso debe ser el canto de las sirenas”, decían los pescadores, y Heechul, siempre soñador y tranquilo, le brillaban los ojos como si fuera a llorar.

Finalmente llegó el día en que el sirenito cumplió quince años.


-"A partir de ahora serás libre para ir a donde quieras."- le dijo su abuela, la vieja reina viuda, y le colocó alrededor de la cabeza una magnífica corona de flores cuyos pétalos estaban formados por perlas.


No esperó hasta que se acabara su fiesta, y Heechul junto a Donghae asomaron la cabeza por encima de la superficie del agua, el sol acababa de ponerse y las nubes aparecían todavía iluminadas por una claridad rosada, y bajo aquella luz, dulce y suave, lo primero que vio el sirenito fue un gran navío de tres palos, anclado allí, en la orilla, con sus grandes velas risadas. Al caer la noche, en la cubierta del navío se encendieron cientos de luces, y un rumor de cantos y música llegó a Heechul que, atraído por la curiosidad, se dirigió nadando hacia el barco, cuando se encontró muy cerca, se encaramó en la cresta de una ola y consiguió encaramarse hasta las ventanas de los camarotes, dejando a Donghae sentado en una de las cercas rocas. A través de los cristales transparentes pudo distinguir un grupo de gente, elegantemente vestida, que parecía estar celebrando una fiesta. Lo que más le llamó la atención fue el porte altivo y la postura de un joven que parecía ser el centro de atención de todos los presentes. El joven era un príncipe que, precisamente, estaba celebrando la fiesta de su 18 cumpleaños. Y para sorpresa de Heechul, aquel joven principe tenía el mismo rostro de su adorada estatua. ¡Eran identicos! Tenia su cabello negro, aquellas gruesas cejas del mismo color, con largas piernas y tan alto como la estatua. Heechul se quedó allí fascinado observandolo, sin embargo, esta vez era al hombre real y no a la estatua.


En todo este tiempo, el navío había permanecido anclado en el mismo lugar pero, una vez acabada la fiesta, comenzó de nuevo a navegar mar adentro. Una tras otra, todas las velas se fueron hinchando, poco a poco, bajo la cometida del viento. Y, a medida que la noche avanzaba, las olas se embravecían más y más.


Un cúmulo de nubarrones negros y amenazadores se amontonó encima del barco. A lo lejos estalló el primer relámpago que anunciaba, furioso, la terrible tempestad que se avecinaba. Cuanto más fuerte soplaba el viento, más cabeceaba el navío. Y, en vez de navegar, parecía avanzar con muchas dificultades.

Las olas, negras y encrespadas, eran tan altas como montañas. Parecían fauces de lobos que quisieran tragarse al barco, cubierto por las enfurecidas aguas, como un cisne a punto de naufragar, flotando sobre las espumeantes crestas, como si estuviera haciendo diabluras para distraer al sirenito. El barco, sometido a este vaivén caótico, crujía y gemía emitiendo sonidos lastimosos. Las olas chocaban contra el barco y salpicaban de espuma las cubiertas.


Una, más violenta y acometedora, alcanzó la galleta del palo mayor y lo quebró como si fuera una caña. Súbitamente, el barco perdió definitivamente su equilibrio, se inclinó, y en un instante la sentina quedó inundada. Al momento se produjo una gran confusión entre los tripulantes del barco que se lanzaron al agua para no quedar atrapados dentro de aquel trasto que se iba a pique irreversiblemente.


Heechul, que hasta el momento lo había observado todo de entre las olas enfurecidas, si hubiese sido en cualquier otro momento estuviese observando todo como si fuera un juego muy divertido al igual que Donghae, pero fue todo lo contrario en cuanto se dio cuenta de que el joven príncipe se había agarrado a un tronco que flotaba y que luchaba desesperadamente para resistir la furia de las olas. Durante un buen rato, el joven consiguió su propósito; pero, finalmente, no pudo más y se abandonó a su suerte. Entonces, Heechul, que sabía que los hombres no pueden vivir bajo el agua, se zambulló y atrapó al joven en el momento preciso en que el mar se lo tragaba. Tenía los pies y los brazos entumecidos, y sus ojos negros estaban cerrados porque había perdido el conocimiento.


Heechul se limitó a mantener su cabeza fuera del agua y se dejó llevar por las olas del mar. Le susurraba de vez en vez palabras al principe a su oído, deseando que lo escuchara. Agarrandolo fuerte por la cintura y espalda, dejando recostada la cabeza pelinegra del principe contra su pecho desnudo. Escuchaba de lejos a su mejor amigo llamandolo preocupado entre las enormes y enfurecidas olas, pero Heechul no le respondió ni fué hasta él. Su objetivo era que su querido principe no se ahogara.


-"Oh, por favor, despierta."- decía Heechul con sus ojos llenos de lagrimas pero sin dejar caer ninguna. Ni siquiera le dió importancia de lo que creaban sus ojos, debajo del agua nunca se le veían las lagrimas a los sirenos. -"Por favor, mi principe, aguanta un poco más."


Justo en ese momento, su corazón se congeló cuando vió los profundos y negros ojos del principe abrirse y observarlo.


-"Mi principe..."- susurró Heechul, pero el principe volvió a cerrar sus ojos.


Al despuntar el alba, la tempestad ya había desatado toda la violencia que llevaba acumulada y las aguas del mar volvían a estar tranquilas. En mitad del cielo, el sol se levantaba radiante y coloreaba ligeramente las mejillas del príncipe; pero sus ojos permanecían cerrados.


Finalmente, el sirenito divisó a lo lejos un trozo de tierra firme. Se acercó nadando y, arrastrando al príncipe, llegó a una playa rodeada por un bosque frondoso de un verdor profundo. En último término se divisaba un gran edificio que parecía un templo o una iglesia. Heechul depositó al príncipe en la fina y blanca arena, bajo la cálida luz del sol. Observó nervioso el rostro del principe. Le acarició los labios y las gruesas cejas mientras sus lagrimas al fin escaparon de sus ojos.


-"Oh, por favor, no mueras..."- Heechul le tomó las manos e hizo que lo acariciara, en el rostro y en su pecho desnudo, queriendo despertar desesperadamente al hermoso principe con su cuerpo, pero nada sucedía. -"Oh mi principe..."


Con un sollozo, Heechul se recostó encima de su cuerpo, su largo y abundante cabello negro arropando el pecho del principe, su larga cola de pez acariciando sus pies desnudos. Sus lagrimas cayendo mas abundantes que antes hasta que escuchó un fuerte latido desde lo pronfundo de su pecho. El sirenito se levantó y notó los labios del principe moverse.


-"¡Vives!"- Heechul le acarició los cabellos con adoración -"No te preocupes, mi principe, me quedaré aqui hasta que estes mejor."- dicho esto, arrancó una escama plateada de su cola y la colocó en la herida que tenía el principe en su brazo.


Juntó su frente al del principe, sintiendo la respiración caliente saliendo de entre sus hermosos labios y nariz. Gozoso con el aliento de vida del principe. Sintiendo su pecho bajar y subir pegado al suyo.


Las campanas de aquel templo comenzaron a sonar. Heechul levantó el rostro y vió a un grupo de mujeres salir del templo y acercarse a la playa. Asustado, Heechul se alejó del principe y regresó al mar. Nadó un poco y se escondió detrás de una roca para poder ver si alguien acudía en ayuda del joven príncipe.


No tardó mucho en acercarse una muchacha de cabello rubio que, más o menos, debía tener su edad. En principio pareció un poco desconcertada; pero en seguida fue a buscar a sus amigas para que le ayudaran a trasladar al joven. Lentamente, el príncipe se fue reanimando y, cuando abrió los ojos, sonrió al verse rodeado por tan agradable compañía.

Heechul, preso de una extraña sensación de tristeza que no podía explicarse, se zambulló en el agua y regresó al palacio de su padre.


Al principio, el sirenito no contó nada de lo que le había ocurrido; pero, finalmente al pasar algunos dias, incapaz de guardar más tiempo su secreto, lo confesó a Donghae.


-"Por favor, dime que es una broma."

Heechul no le constestó y solo abrazó la estatua del principe. Donghae se rascó su cabellera naranja exasperado.


-"Chula, eres hermoso y tu voz es tan melodiosa que podrías conquistar a cualquier sireno o sirena de los siete mares. Olvídate de este humano, por favor. Solo sufrirás."


Heechul miró el rostro esculpido del principe, su mirada estaba triste.


-"No puedo...No puedo olvidarlo"- Heechul abrazó mas fuerte la estatua y cerró sus ojos. -"Quiero estar siempre a su lado."


Donghae suspiró.


-"Imagino que ya no querás decirle la gran noticia."- alguien más habló dentro del lugar, Heechul abrió sus ojos mientras Donghae gruñía molesto hacia el recien llegado, Kyuhyun.


-"Ahora no, Kyu."


El mencionado ignoró a Donghae y nadó hasta donde estaba Heechul junto a su estatua.


-"Tu amado principe se está quedando en el Palacio de Verano en la costa de pescadores."


-"Fui yo quien averiguó esa información, Heechul, no Kyuhyun."- dijo Donghae molesto y con sus brazos cruzados en su pecho. Kyuhyun sonrió de lado y dijo:


-"Si pero, no le ibas a decir nada a Heechul."


Heechul no dijo nada, solo se limitó a mirar la estatua del principe, recordando su aliento, el peso de su cabeza en su pecho desnudo, la alegria que sintió cuando supo que viviría...sus ojos negros observando los suyos...


-"Debo ir hasta él."


Donghae se sorprendió.


-"¿Al Palacio de Verano?"


Heechul miró su larga cola de pez.


-"Sí pero, no puedo ir así, ¿cierto?"


-"Podras verlo desde las rocas, Chula."- dijo esta vez Kyuhyun con indiferencia.


Heechul frunció sus finas cejas.


-"La unica que me podría ayudar seria la Bruja del Mar."


Kyuhyun y Donghae abrieron desmezuradamente sus ojos.


-"¿¡La Bruja del Mar!? ¿Estas loco, Heechul?"- habló de nuevo Kyuhyun, toda la indiferencia que tenía despareció, en lugar estaba el sentimiento de preocupación al igual que Donghae.


-"La Bruja tiene mucho poder y magia. Me podría cambiar en un joven humano con piernas."- Heechul hablaba decidido.


-"Chula, ¿quieres cambiarte a humano? ¿Eres capaz a tanto...por él?"- dijo molesto Donghae señalando con desprecio la estatua. Heechul lo miró a los ojos con coraje y desición, pero Donghae vió algo mas en la mirada del sirenito. Un sentimiento mucho mas fuerte brillando en sus ojos.


-"Soy capaz de todo para que me ame."


Donghae reconoció aquel sentimiento en los bellos y grandes ojos de Heechul: Amor.






10 comentarios:

  1. ohhhhh genial unnie!!!! espero pronto la continuacion!!!

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  2. :333
    Me agrada. . .

    La historia de la Sirenita es una de mis favoritas, y que genial que la escribas asi. . .

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  3. woww Giova... se k voy a terminar llorando.. pero te va quedar espectacular!!

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  4. Por q están trist sta historia :-(
    La Sirenita siempre m ace llorar
    Besiussss ;-)

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  5. This is good...is it going to be sad ending??please dont..

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    Respuestas
    1. Unnie!! You are reading this? With Translate??
      Yes, is going to be really sad .___. cause the real story is like this hehe
      I hope you enjoy it!

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  6. una historia fantabulosa. nunca me gustaron las peliculas de disney pero si lei la verdadera historia pero.... si es la verdadera historia entonses.... no estaran juntos? pork recuerdo k este cuento termina mal. :-/

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  7. waaa al fin puedo leer tus Fic...me encanto el primer cap...espero la conti ^_^ ahora ire a inspeccionar tu Blog...me leere todo lo q encuentre siempre y cuando incluya a Heechul XD

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  8. Ahhh Giova como me haces esto, yo he leido la historia original hasta tengo el cuento y tu me la vienes a hacer en Sichul, nooo se que sufrire mucho, pero desde ya te digo que me encanta, se que es corta, solo espero que la puedas publicar continuamente, ohhh me ire a comprar pañuelos, los necesitare, gracias por etiketarme =)

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  9. ahhhhhh....... yo que con la historia de la sirenita me conformaba y ahora un SICHUL de mi HISTORIA FAVORITA ??? ahhhhhhhhh ,...... morire de felicidad ,... me encanto .. lo ame y esoerare anciosa

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