Nombre del Fic: Donghae’s
Garden
Autora: GiovaSaeng
Personajes: Donghae,
HyukJae, Super Junior.
Duración: One Shot
Género: Yaoi, Angst, Smut.
Nota: Algunas frases no me
pertenecen. Algunas las leo en algunos poemas o versos y las combino con los sentimientos
de los personajes.
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Las flores de
Donghae.
¿Nunca has sentido que
deseas a alguien muy desesperadamente? No en un ámbito sexual, sino que
necesitas tocar su piel, abrazarle, sentir su calor, ver su sonrisa, ver dentro
de sus ojos, y sentir su voz…
Tu voz, HyukJae.
Y tu
sonrisa…maldita sea. ¿Alguna vez has visto un atardecer en la playa? Pues, la
misma calma, la misma magia, pero en su boca.
Dudo que yo provoque los
mismos sentimientos en ti. No se si alguna vez te has cuestionado como me
quieres o hasta cuánto, o hacia dónde.
No se si a ti se te hacen
los días eternos cuando no aparezco, cuando me escondo, cuando no estoy. No se
si tu quieres tenerme entre tus brazos, besarme, acariciarme, parar el tiempo conmigo.
No se si tu me añoras. Yo…sí.
No obstante, estoy
consciente que nada sucederá. En veinte años, yo mirare hacia atrás y recordare
que tu fuiste, y probablemente seguirás siendo, esa persona que podía convertir
un fruncimiento en una sonrisa con unas simples palabras; esa persona que me
levantaba la cabeza cada vez que yo comenzaba a perder la fe en mi mismo; esa
persona que mezclo sus lágrimas con las mías ante cada batalla, ante cada
derrota y, ante cada triunfo; esa persona que aceptaba cualquier decisión que
yo tomaba, esa persona que sabia quien yo era en realidad y esa persona única
que hacia una gran diferencia en mi vida. Que sabía que nunca dejaría mi lado
ni yo el suyo.
Esto es para ti, mi mejor
amigo, al único a quien puedo llamarle así con el corazón en mi mano y con el
alma revoltosa. Quien puede contar conmigo siempre. Con quien rio sin ningún
motivo. Quien nunca me ha dejado atrás. Quien estuvo a mi lado cuando mi padre
falleció. Quien apoyaba cada idea que se me ocurría para el grupo o nuestra
subunidad. Quien siempre halagaba mi manera de escribir mis canciones.
Yo creo que tú no sabes lo
que todo esto significa para mí.
Lo que tu
significas para mí.
Tú también has pasado por
mucho dolor y aun así siempre has tenido tiempo para mí. Y te admiro porque
eres gentil, fuerte, cariñoso y hermoso. Aunque pienses lo contrario. Y espero
que siempre sepas que yo estaré aquí para escucharte. Para reír y para llorar y
ayudarte de todas las formas posibles. Mejor dicho, de todas las formas,
porque si llegase a haber una imposible, yo la convertiré en lo opuesto solo
para verte feliz y tranquilo.
Cuando estoy contigo, actuó
diferente. En una buena manera. Sonrió y rio más. Me siento completo. Me siento
feliz. Y, aun así, nunca es suficiente junto a ti. Nunca tengo suficiente de
ti, HyukJae.
Siempre he pensado que la
mujer con la que te casaras algún día, debía de tener la suerte de tenerte.
Incluso, mas de la que yo tengo al tenerte como mi mejor amigo.
Yo no sé si es amor, más
allá de amigos, lo que siento por ti. No me he preocupado por encontrar una
definición exacta de mis sentimientos. Lo único que te puedo decir, es que, a
tu lado puedo ser yo, completamente y no solo en partes, y esa libertad que me
das para ser yo mismo, es lo que me hace explotar de emociones, contigo.
Haz estado con
innumerables chicas, sin embargo, nunca las pensé tener esa suerte porque sabía
que ellas no eran muy significantes para ti. En cambio, aquí y ahora, acabas de
anunciarnos que te casaras con la chica con la que sales desde hace algunos
meses. Si, habías durado mucho más con ella que con las demás, pero, tampoco me
imagine que llegaría realmente el día en que decidieras ‘sentar cabeza’ y
convertirte en un hombre casado.
Hay silencio y sé que
todos me miran, pero, yo solo tengo ojos para ti. Pareces contento. Demasiado,
diría yo. Sin embargo, tu sonrisa comienza a desvanecerse al no escuchar a
nadie felicitarte.
- ¿Por qué todos miran a
Donghae? He dicho que me caso. ¿No…se alegran por mí?
Ninguno dice nada, y yo
solo me enfoco en las preguntas en mi mente.
¿HyukJae tendrá a alguien
siempre a su lado a partir de ahora? Y, ¿Qué sucederá conmigo? ¿En que me convertiré
yo en su, pronto, nueva vida? ¿Por qué, mientras pienso en todo esto, me falta
el aire? ¿Por qué, literalmente, siento mi pecho oprimirse, como si se llenara
de algo que bloquea el aire en mi interior?
-Donghae, ¿estás bien?
Punzadas se hacen más
dolorosas dentro de mí, como espinas creciendo. Cierro los ojos y trato de
tomar otra calada de aire, que como los demás, no llegan a mis pulmones, algo
les obstruye la entrada.
Alguien se arrodilla
frente a mi y me toma del rostro con las manos temblorosas. Me llama por mi
nombre. Levanto la vista acuosa de mis ojos y lo miro.
Oh, HyukJae, ¿Qué me está
pasando?
¿Por qué duele tanto? ¿Por
qué duele más cuando te miro? Y, mientras lo hago, y me falta el aire, y
escucho voces desesperadas a mi alrededor pidiendo a un médico, me llega el
pensamiento y deseo que en alguna otra vida yo pueda ser ella. Ser quien suba
al altar de una iglesia y diga el Sí. Un sí solo para ti. Un sí
para tus ojos y pestañas, un sí para tus labios y lengua, un sí para
tus manos y pies, un sí para tu cuerpo. Un sí para tu risa y voz.
Un sí para tu amor incondicional y eterno. Un sí para un nosotros.
¿Podre, HyukJae, ser ella?
¿Me elegirías?
¿Qué tal si en otra vida
te digo que te amo, pero, no como mi mejor amigo, aun así, me eligieras a mí?
Y, si me presento en esa otra vida, no como una mujer, pero como lo que soy
hoy, ahora y aquí, ¿podrías hacerlo?
Quiero imaginar que
siempre me elijas a mí, porque yo siempre te elegiría a ti, HyukJae.
- ¡Por Dios, Donghae,
mírame! ¡Respira! ¿¡Donde está la maldita ambulancia!?- Aprietas mi rostro
entre tus manos y lloras. -Donghae, no dejes de mirarme.
Pero, HyukJae, es que
duele más cuando lo hago.
Abro la boca cuando siento
una arcada, las lagrimas salen de mis ojos y mi cuerpo entero se contrae.
HyukJae no me suelta y las arcadas se hacen más fuertes. Algo sube por mi
garganta, y cuando siento su sabor en mi boca escupo, cayendo pétalos de
diferentes colores en mi regazo, entre las piernas de HyukJae y en el suelo.
Lo miro a esos ojos negros
y brillosos por las lágrimas, como una noche lluviosa, y su cabello como las
olas suaves. Tu, mi mejor amigo, con el alma tan vasta y profunda como el
océano. Y pienso que no me importaría ahogarme en él.
La gente dice que solo te puedes
ahogar en el color azul, pero yo estaba ahogándome en sus suaves ojos negros.
*****
Comencé a despertar en una
habitación, acostado en una cama fría, pero, me forcé en no hacerme notar ni
abrir los ojos al escuchar las voces familiares de mis compañeros y mi madre
hablando con el doctor.
-Imagino que habrán
escuchado alguna vez en una canción, película o poema sobre la Enfermedad Hanahaki.
– El doctor hablo.
-Si, pero, ¿Qué tiene que
ver eso con mi hijo, doctor?
Escuche un suspiro del
doctor.
- En muchas regiones de
Asia la considera una leyenda japonesa, sin embargo, hay documentos de médicos
en un hospital en Japón de hace cien años que informan sobre un paciente que lo
padeció. Al igual de otro testimonio un siglo antes de eso. Por lo que siempre
hemos creído, en este campo de la medicina, que solo lo padecerá una persona
cada cien años. – Silencio, completo silencio, y creo imaginar cuáles serán sus
próximas palabras. -Su hijo le ha tocado ser quien la padezca en este siglo,
Señora Lee.
Mis oídos comenzaron a
zumbar y la opresión en mi pecho poco a poco regresaba.
-Esperen, ¿de qué están
hablando? ¿Qué enfermedad es esa, Doctor? - Esta vez fue Leeteuk quien hablo
frustrado. Aprete mis ojos cerrados tratando de mantenerme inmóvil en la cama.
-La enfermedad Hanahaki se
debe a un amor no correspondido, donde la garganta del paciente, en este caso
Donghae, se llenará de flores. Habrá momentos en que toserá y escupirá los
pétalos. Algunas veces, incluso, flores. Una de las únicas maneras de que la
enfermedad ‘desaparezca’ es que la otra persona corresponda los sentimientos de
Donghae. No se puede arreglar con la amistad, tiene que ser los sentimientos
genuinos del amor. La infección también puede ser removida a través de una
cirugía, aunque los sentimientos también desaparecerán junto con los pétalos.
Si elige no llevar a cabo la cirugía, o sus sentimientos no son correspondidos
a tiempo, entonces los pulmones de Donghae se llenarán de flores y,
eventualmente, se sofocará. -Escuche el llanto de mi madre. – No hay una flor
especifica para la enfermedad, pero, en la mayoría de los casos será el tipo de
flor favorita de la otra persona, o su color favorito.
-Donghae escupió pétalos
de diferentes colores. ¿Qué podría significar eso?
-Puede significar que ha
estado enamorado por muchos años de esa misma persona. Quizás es una persona
muy cercana a él y recibía mucho afecto de parte de esa persona, por lo que se
podría explicar por qué, en todo este tiempo, no crecieron de mas las flores
dentro suyo; aunque las espinas ya se hallaban allí. Puede que recientemente
haya recibido una noticia que envuelva a la otra persona, o la relación que
llevan, sea cual sea, para que de repente, las flores crecieran. Seguramente,
las espinas y tallos, con el pasar del tiempo, se empezaron a formar en hojas y
dar inicio a una flor que crecía lentamente, alimentándose de todos los
sentimientos negativos, como rechazo, desesperanza, desamor que Donghae tiene
por la otra persona. Y quizás esa flor se empezó a germinar lentamente porque
Donghae no estaba consciente de sus sentimientos. Pero, la flor, aun así,
seguía su lento crecimiento. Creyendo, asegurando o estando confiado,
inconscientemente, que sus sentimientos serán rechazados. La flor, en un momento,
se comenzó a multiplicar, creciendo varias diferentes con los sentimientos y
mientras mas lo hacen mas obstruyen los pulmones, causando vómitos, ataques de
tos y eventualmente la muerte si no es tratada correctamente. Si Donghae llega
a ser correspondido, la planta ya no tendrá como alimentarse, los sentimientos
una vez desesperanzados serán reemplazados por felicidad y genuino amor,
haciendo que la planta se marchite y muera, acabando con la amenaza de muerte
al afectado. En cambio, si no sucede, habrá que hacer la cirugía cuanto antes.
La planta será arrancada de raíz y acabará con la infección. Y, como dije
antes, al deshacerse de las flores, también se deshacen los sentimientos. El
amor, la cercanía, el cariño, que una vez causo tanto dolor desaparecerá, y
nunca se podrá amar a esa misma persona otra vez.
De momento, me sorprendí
al escuchar su voz, tan baja y ronca que fue un poco difícil entender sus divagaciones.
- ¿A quién…? ¿Por qué…? - Escuché
su sollozo y no pude tolerar escucharlo llorar y me senté en la cama con lágrimas
en mis ojos.
Todos me observaron
sorprendidos. Mi madre corrió hasta la cama y me abrazo fuerte en sus brazos.
Aleje mis ojos de los de HyukJae, quien había cesado su llanto, para entonces
observar a mi madre.
-Lo siento, mama. Siento
el preocuparte y ser el causante de tu llanto. - Mi madre me acaricio las
mejillas con cariño y negó con la cabeza.
-Me duele que estés así,
Donghae. Me duele que sufras de amor. ¿Cómo es que alguien no podría llegar
amarte? - Me aguanto un sollozo. Ay, si supieras, mama. -Lo importante
es que te sometas a la cirugía, Donghae.
Tome un dificultoso
respiro y trague con un poco de molestia los pétalos que sentía iban subiendo
por mi garganta.
-No.
- ¿Qué?
-No tendré ninguna
cirugía. No la quiero.
Baje mi rostro, apretando
mis manos juntas en mi regazo. No podía y ni quería ver a nadie.
-Pero, Donghae. ¿Eso
significa que tienes posibilidad de ser correspondido en tus sentimientos?
Rei sin ninguna gracia en
realidad.
-Probablemente no. Es más,
estoy seguro…- mire a HyukJae. - …de que jamás esa persona me amara igual.
-Y, aun así, ¿te dejaras
morir, Donghae? - Heechul me pregunto triste.
-Si.
Mi madre se desmayo a mi
lado y los demás miembros corrieron a agarrarla antes de que cayera al suelo.
Yo en cambio, no pude moverme, me sentía tan débil y los pétalos volvieron a
arrastrarse por mi garganta lastimada haciéndome difícil el respirar, pero, debía
disimular y aguantar.
HyukJae corrió hasta mi
con los labios fruncidos, los ojos negros, su cara roja y llena de lágrimas. Al
llegar a mí, levanto una mano y me golpeo. Mi rostro se viro bruscamente de un
solo lado y mi cabello largo me tapo la cara por la fuerza de su golpe. Ese
lado de mi rostro no dolió tanto como mi corazón.
- ¡Eres un maldito
egoísta, Lee Donghae!
Quería llorar, pero me sentí
mas asfixiado. Las arcadas volvieron y comencé a toser tan fuerte que gotas de
sangre salieron de mi boca hasta caer por todo el largo de mis sábanas blancas,
y bajaban por mi barbilla haciendo su camino por mi cuello.
Escuché gritos a mi
alrededor hasta que nuevamente, me fui en blanco.
Los pitillos de mis pulsos
en la maquina me despertaron. Mire el techo blanco encima de mi y trate de moverme,
pero el cuerpo me dolía. En especial la garganta.
- ¿Donghae?
Su voz.
Hice fuerza por sentarme y
el me ayudo. Sus manos me tomaron de los hombros mientras me arreglaba las
almohadas a mi espalda. Mientras lo hacía, su cuello estaba cerca de mi rostro…su
olor. Las termino de acomodar y me miro…sus ojos. Esos ojos suyos
podrían tragar estrellas, galaxias y universos. ¿Qué esperanza podría tener yo?
- ¿Ahí estas bien?
Como pude asentí sin
desviar mis ojos de los suyos. Ninguno aparto la mirada por un rato, y creí que
yo sería quien interrumpiera este momento mágico por los pétalos que sentía se
iban reuniendo en mi garganta. Sin embargo, fue el quien alejo sus ojos de los míos
para observar una parte de mi cara. Me acaricio con delicadeza y a mí se me
escapo un gemido de dolor.
-Siento mucho el haberte golpeado,
Donghae. Cielos, fui un idiota…- Su voz fallo, se alejó y cayo sentado en la
silla que estaba junto a la cama. Derrumbado.
Me volvió a mirar profundamente, y de repente,
mas flores crecieron en mi pecho. Tosi fuerte tapándome con las manos mi boca.
En un segundo volvió a mi lado sentado en el espacio libre de mi cama.
- ¿Necesitas que llame al
doctor?
Como pude negué con la
cabeza. Tosi un poco mas hasta que pude escupir los pétalos que me molestaban
desde que había despertado. Cayeron en mi regazo y cerca de HyukJae. Frustrado
y avergonzado, las empecé a sacudir con brusquedad de la cama. Quería que
desaparecieran.
-Déjame, te ayudo.
- ¡No las toques!
HyukJae me miro con dolor
en los ojos y aparto la mirada. Asintió como si tuviese una batalla silenciosa con
las voces de su mente.
- ¿Tanto vale la pena…ella,
Donghae?
Él no me miraba. Aún
estaba sentado a mi lado, pero su mirada estaba perdida en alguna parte en el
suelo o en sus zapatos.
- ¿Dejarías todo, hasta tu vida, por seguir sintiendo amor por
esa persona?
Respire hondo, le tome la
mano y le aprete.
-Por ti, todo.
Vi con detenimiento como
sus labios poco a poco se separaban, sus cejas se fruncían. Su cabeza se movió
con lentitud hasta tenerlo de frente encarándome una vez más. Me miro a los
ojos, buscando…buscando más allá de las palabras que acabo dejar salir de mi
boca.
Pero, HyukJae, quizás
ya mis ojos te han dicho todo lo demás.
Traté de sonreírle, para
alivianar un poco el ambiente, pero cuando lo hice, una lagrima escapo de mi
ojo izquierdo y recorrió mi mejilla. Justo donde me había golpeado. Baje la
cabeza y me limpie la lagrima con cuidado de no lastimarme esa área. Comencé a
hablar sin poder mirarlo.
-No se cuando comencé a
quererte de esta forma. Puede que haya sido, como dijo el doctor, hace muchos
años. Sin embargo, hasta hoy me doy cuenta. Justo cuando dijiste que te ibas a…
Mi voz fallo. Aún tenía su
mano apretada por la mía. Empecé a llorar sin poder detenerlo, mientras sus
palabras de esa tarde se repetían en mi mente. Y la imagen de su sonrisa
alegre.
Maldición.
-Quizás…quizás pudo haber
sido cuando nuestros saludos se convertían en horas de charlas. O tal vez cada
vez que trataba, mis ojos…- Solloce y lo mire. -…mis ojos no podían dejar de
mirarte, HyukJae.
Aprete mas su mano en las
mías e ignore las malditas flores en mí.
-Pudo haber sido todas las
veces que estábamos juntos y no podía separarme de ti, o quizás las veces que
he estado un tiempo sin verte, despertaba y mi corazón no latía con la misma
fuerza y alegría como cuando estoy contigo. – Con mi pulgar acaricie la piel de
su mano. El no era consciente que estaba llorando. Su labio inferior temblaba
mientras sus ojos aun me miraban con sorpresa. – Me encanta mirarte, que hasta
siento que parpadeo menos. Quiero amarte…siempre. Hasta después de mi…
…muerte.
No dije la palabra, no
podía hacerle eso. Aunque supiera que el no me amaba de la misma forma en que
yo lo hacía, aun así, él lo hacía. El me amaba a su manera. Era su mejor amigo,
y con eso, yo me conformaba.
El halo su mano y yo la
solté con pesar.
-Te mereces el universo
entero, Donghae, ¿y me escoges a mí?
El no controla sus
sollozos ni yo los míos.
-Y tú lo eres para mí,
HyukJae. – Carraspeé mi garganta adolorida y forcé los pétalos por no salir. -Yo
no elegí esto. Eso no se elige, solo lo sientes. Además, ¿quién no lo haría
contigo? HyukJae, eres…- Suspire. Tome con fuerza su mano nuevamente y la
acerque a mi pecho. – Tú haces que crezcan flores en mis pulmones, y aunque son
hermosas como tú, no me dejan respirar. Puedo sentir las espinas y tallos
creciendo dentro de mí. Cada vez que te miro a los ojos, los pétalos suben por
mi garganta. No respiro…y duele…maldita sea, duele, porque no puedo amarte como
quiero y tú no puedes amarme como yo quiero. Yo no elegí este dolor y este
amor…
- ¡Ahora si lo
haces! ¡No quieres hacerte la maldita cirugía!
- ¡Es que no quiero dejar
de amarte! ¡Puedo soportar cualquier dolor siempre que tenga sentido! - Tosi
con fuerza una vez y respire hondo. – Que tenga un significado y, ese
significado eres tú…aquí. - Aprete su mano en mi pecho, justo encima de mis
latidos, como si quisiera atravesar su mano a través de mi piel y de mis huesos
hasta llegar a mi corazón, y que él lo tome en su mano y haga con él lo que
quiera.
HyukJae hizo amago de
alejar su mano de mi pecho, pero yo forcé más por mantenerla allí.
Lo mire a los ojos. No, no
me podría conformar con solo una amistad. Tenía que admitirlo, quería más.
Mucho más.
-Tienes razón, HyukJae.
Soy un egoísta. – Solloce y el frunció sus cejas. – Te amo y te quiero solo
para mí. Hasta el final. - Aprete mis labios cuando los sentí temblar. Yo
estaba rojo de vergüenza, pero lleno de sinceridad. -Porque amarte es lo mas
hermoso que he hecho. Amarte es lo mas doloroso que he hecho. Sabiendo que
serás besado por alguien mas es como ser inmortal, cuando… ¡todo lo que quiero
hacer es recostarme y morir!
Yo estaba consciente que
estaba mal.
Su rostro mostro una mueca
molesta, pensé que me gritaría también, pero, en cambio, tiro con mas fuerza su
mano de mi agarre, alejándola de mi pecho. Lo hizo con tanta fuerza que, al
levantarse de la cama, se tambaleo un poco. Camino con prisa hasta la puerta,
mientras yo me tapaba la boca con mis manos, con el intento de que el no escuche
mis fuertes sollozos y mi tos al verlo marcharse.
HyukJae abrió la puerta,
se detuvo, parecía vacilar un poco. De pronto, me sorprendió al verlo cerrar la
puerta de nuevo. Encerando a ambos dentro de la habitación. Su espalda estaba
tensa, con los hombros un poco levantados mostrando el estrés que llevaba
encima. Las venas de sus antebrazos se marcaban. Se dio la vuelta y me miro,
sus ojos parecían perdidos, oscuros y brillosos por el mar de lagrimas
detenidos.
Baje mis manos de mi boca
al verlo acercarse a la cama con paso alargado y rápido, y cuando llego hasta a
mí, me agarro fuerte de la barbilla y estampo con fuerza sus labios con los
míos. Las flores en mi pecho las sentía expandirse cuando el hizo mas fuerza en
la presión en nuestras bocas, pegando su nariz al lado de la mía y sus lagrimas
mezclarse con mis propias lagrimas en las mejillas calientes de ambos.
Esto no era una buena
señal, pero, de todos modos, como el egoísta que era, ignore a mis flores, a su
llanto, a mi asfixia, a su sacrificio y solo trate de sentirlo así, aunque fue
un momento.
Subí mis manos a su rostro
y lo acaricié con delicadeza y cariño. Tratando de relajarlo hasta que lo
logre. La presión forzosa en sus labios contra los míos se suavizo, aproveche
en acariciar con suavidad. Escuche su suspiro. Dejé una mano en su mejilla
mientras la otra la subía hasta su cabello negro y hundí mis dedos en él. Otro
suspiro. Tome su labio inferior entre los míos y succione suave, al escuchar
otro que parecía mas un gemido, chupe un poco más. Su mano en mi barbilla subió
hasta mi cabello y se agarró de él. Eso solo hizo que mi cuerpo se volviera mas
caliente y me deje llevar.
Si en la mañana, me había
dado cuenta de mi amor por él; ahora en la noche me daba cuenta cuanto también
lo deseaba.
Lo hale más hacia a mí, él
se dejó hacer y quedo recostado encima de mi cuerpo. Escuche sus zapatos caer
al suelo, el maniobro en quitárselos sin romper el contacto conmigo.
Con mis labios aun en los
suyos, los abrí, forzando los suyos en hacer lo mismo. Metí mi lengua en su
boca y cuando sentí la suya, la acaricié hasta que comenzó a moverse y yo…yo me
sentía flotar.
La mano de mi cabello seguía
apretando mis mechones mientras que su otro brazo estaba doblado al lado de mi
cabeza. Su cuerpo entero estaba tumbado encima del mío cubierto con las
sabanas, y yo, muy descaradamente, levante mis caderas para frotar mi erección
contra su muslo. Yo estaba tan duro que, aun vistiendo nuestras ropas y las
telas de sabanas entre nosotros, él llegó a sentir mi excitación. Su cuerpo entero se tensó y forzó sus labios
separarse de los míos con un sonido húmedo.
Sus ojos bien abiertos me
miraron sobresaltado. Y me di cuenta que ya no llorábamos, sus mejillas estaban
rojas, al igual que las mías, y ya no me sentía asfixiado. No sentía las flores
dentro de mí.
-HyukJae…
-No… No puedo darte eso. -
Sus ojos estaban tristes.
De inmediato la falta de
aire volvió a mí, los pétalos subieron por mi garganta. Forcé en tragarlas para
que no se diera cuenta.
El flexionó sus brazos
para levantarse. No me miró a los ojos. Aguanté los pétalos
en mi garganta quedándome sin aire, traté de sostenerlas allí hasta que él se
marchara. No podía ni quería que él me viera otra vez en ese estado. Si era mi
momento de morir, no quería que él estuviese presente ni se forzara mas en algo
que él no deseaba.
Yo estaba siendo un
estúpido con mi egoísmo, solo estaba hiriendo a la persona que más he amado en
mi vida, y pronto, más allá de la muerte.
Volteé mi rostro para que
no me viera mientras lo sentía salir de la cama. Los pétalos mas se llenaron en
mi garganta hasta llegar algunos a mi boca y acariciaron mi lengua. ¿Cuánto tiempo
podría aguantar sin respirar? ¿Cuánto podría aguantar en no escupir todos los
pétalos de mi boca?
HyukJae, por favor,
márchate.
- ¿Donghae?
Me moví como pude para
voltearme en la cama hacia el otro lado, dándole la espalda, pero, HyukJae me
sostuvo con sus manos e hizo fuerza por colocarme de nuevo boca arriba. Me
lleve las manos a mi boca cuando ya sentía los pétalos presionando contra mis
dientes.
- ¡Por Dios, Donghae! -
Sus manos forzaron las mías hasta que las alejo de mi boca. - ¡Respira, maldita
sea! ¡Estas azul! - Con sus dedos forzó mis labios en separarlos, yo forzaba en
hacer lo contrario y empuje su cuerpo con mis manos para que se fuera. Maldecía
otra vez. - ¿¡Hijo de…Quieres morir!?- Apretó sus dedos, hundiéndolos en mis
mejillas con fuerza hasta que mi boca se abrió.
Inmediatamente, montones
de pétalos salieron de mi boca esparciéndose por todo mi cuerpo y la cama,
algunas flotaron en el aire hasta caer al suelo y una que otra se quedo
enganchada en el cabello de HyukJae.
No pude evitar toser. Con
cada tos, aspiraba profundamente, dándole aire a mis pulmones y tosía mas hasta
que mi boca y garganta quedaron sin rastros de pétalos.
Esquivé su mirada en todo
momento y me recosté hacia atrás nuevamente para relajarme. No me había dado cuenta
que el estaba sentado a horcajadas encima de mis caderas hasta que lo sentí
moverse. Pensé que se iba a salir rápidamente, ahora que estaba respirando
nuevamente, sin embargo, con el rabillo del ojo vi movimiento.
Giré mi rostro y me llevé
gran sorpresa al verlo sin camisa. Su fuerte pecho subía y bajaba, sus manos
comenzaron a soltar el botón de su pantalón y a bajar la cremallera. Abrí la
boca para protestar, a pesar de mi gran deseo hacia él, pero cuando vi sus ojos
molestos y decididos, no encontré las palabras.
Esto era mi culpa, solo mía.
Estaba, prácticamente, forzando a mi mejor amigo a darme placer y amarme antes
de yo morir. Me sentía mal, pero tampoco dije nada. ¿En qué tipo de persona me
convertía eso?
El nunca sentiría algo por
mí, lo sabía…
Pero, entonces recordé
cuando me besaba. Yo no había sentido ninguna flor en mí…
Bajo de la cama para
terminar de quitarse los pantalones. Lo vi vacilar un poco antes de bajar su
ropa interior también. Esta vez, me quede sin respiración, pero, no debido a
las flores, sino por la vista frente a mí. Su cuerpo era hermoso. Y aunque el
no estaba excitado, podía notar que tenia un buen tamaño. Rozado, pocos vellos
y circuncidado, en cambio yo, no lo estaba. Era mi mejor amigo, pero,
obviamente, estos detalles no lo sabíamos del otro.
Su cara estaba roja. El no
me miraba en ningún momento, pero, yo no quitaba mis ojos de él.
Arrebato mis sabanas que
cubrían mi cuerpo, llevo sus manos al dobladillo de mi camisa y comenzó a
subirla. Sus movimientos eran bruscos y nerviosos. Me daba la impresión que
solo quería terminar con este sacrificio y largarse, y yo era un masoquista
que, a pesar de que sabía que él no me deseaba, no lo detenía e ignoraba el
poco aire que entraba en mi y chocaba con mis flores. Ellas estaban
regresando.
Sus manos llegaron al
elástico de mis pantalones de pijama y mi bóxer, sus manos temblaban y su ceño
estaba fruncido. No los bajo de inmediato, solo se quedó allí con la mirada
perdida mirando sus manos temblorosas y apretadas con la ropa.
Ignore las flores y tome
sus manos. Esto ya era suficiente.
-Hyuk…basta.
Apretó sus labios y halo
con fuerza mi ropa, yo forcejeé con él, HyukJae gruño y con más fuerza me
desvistió. Halo los pantalones junto con la ropa interior hasta mis pies, los
saco y los lanzo al suelo. Se subió a la cama, con sus rodillas flexionadas a
cada lado de mis caderas y sus manos a cada lado de mi cabeza encima de la
almohada.
Sus ojos recorrieron mi
pecho. Muchas veces me había visto sin camisa y me había elogiado por mis
músculos, pero, ahora era diferente la situación. Sus ojos bajaron hasta mi
entrepierna y lo vi pasar saliva. Yo aun me encontraba duro y la punta estaba
goteando dejando rastros húmedos en mi abdomen. Me avergoncé tanto que llevé
mis manos a esa área para cubrirme.
-Lo…siento. - Dije
sumamente avergonzado y sintiendo una gran culpa.
Su miembro aun estaba
blando y solo hacia la situación más incómoda para mí. Pero, lo deseaba. Lo
deseaba tanto, maldita sea.
Seguramente, HyukJae estaría
pensando ahora en su futura esposa, en el cuerpo de ella y comparándolo con el mío.
Quizás le daba repugnancia mis músculos, mis vellos y mi hombría.
Tosi con fuerza y aprete
los parpados, salieron algunos pétalos de mi boca y cayeron en mi pecho.
Lagrimas recorrieron las esquinas de mis ojos hasta esconderse en mis cabellos.
Lo sentí alejarse y
separar mis piernas con sus manos, me dejé hacer, pero en ningún momento abrí
los ojos. Quedo arrodillado entre mis piernas, alejo mis manos de mi delicada
área. Halo mis brazos hasta la parte de arriba de mi cabeza y presiono su
cuerpo contra el mío.
Gemí y abrí los ojos
encontrándome de inmediato con los suyos negros mirándome con intensidad. Aleje
todo pensamiento negativo y moví mis caderas contra las suyas, quizás me estaba
pasando, pero quería provocarlo, quería ver si podría excitarlo de la manera en
que yo estaba excitado.
Con mi movimiento, pase
todo el largo de mi pene duro por su saco hasta la punta de su blando pene. Se
le escapo un gemido y apretó sus labios avergonzado. Me miro con sorpresa. Yo
no sabia bien lo que hacía, nunca había tenido una experiencia como esta. Solo
me estaba dejando llevar.
Volví a hacer lo mismo,
pero, esta vez mas fuerte. El volvió a gemir y yo no pude evitar sonreír
contento cuando su pene blando comenzó a endurecerse también. HyukJae gruño y
tiro bruscamente de mi cabello, sus ojos estaban suplicantes y temblorosos. Él
estaba nervioso, al igual que yo, o quizás más, ya que se veía bastante estupefacto
el sentir frotar su pene contra el de otro hombre. Contra el de su mejor amigo.
En cambio, para mi… se
sentía maravilloso.
Embestí nuevamente hacia
arriba, una y otra vez, mas gemidos y gruñidos salieron de nuestros labios
temblorosos. En un momento me miro a los ojos, los suyos tenían lagrimas
retenidas y sacudió la cabeza.
-Nno…
No le hice caso y embestí nuevamente.
Me alce para reclamar sus labios en otro beso abrasador. HyukJae acepto con avidez
el beso y abrió la boca, permitiendo que nuestras lenguas se encontraran y se
chocaran unas con otra.
No paso mucho hasta que
mis movimientos fueron acompañados por las suyas, nuestros penes y abdomen
estaban mas húmedos, haciendo que la fuerza fuera más excitante y fácil de frotarlos.
HyukJae apretó mis cabellos más fuertes, pero no me importo.
Abrí mis piernas y las
envolví alrededor de su delgada cintura. Me di cuenta, nuevamente, que no
sentía las flores dentro de mí, estaba respirando con normalidad. O lo que se
podría decir normal con su boca robándome suspiros y su lengua enroscada con la
mía.
Baje mis manos por su
espalda hasta llegar a sus nalgas, se tensó. Las estruje y lo empuje más fuerte
contra mí. Aparte mi boca de la suya y gemí.
-Quiero más… ¡HyukJae!
El miro nervioso y
jadeante.
-Yo… yo no sé…- mordió sus
labios. – No se que hacer.
Yo tampoco, pero, no me
iba a echar hacia atrás ahora.
Respire hondo, sin dejar
de notar como el aire entraba fácilmente a mis pulmones, y baje una mano entre nuestros
cuerpos hasta tomar en mi mano su húmedo pene.
-Ah, Donghae…no.
Hice que levantara un poco
sus caderas, guie con mi mano su pene por debajo de mi saco. Abrí más las
piernas, frote por mi perineo su punta caliente y húmeda, frote con él un poco más
abajo hasta que di con mi agujero y jadeé. Temblé de nerviosismo, pero yo estaba
decidido, quería esto.
Con mi otra mano en su
cadera, lo empuje hacia mí, haciendo presión su punta en esa área.
-Donghae, Donghae, Donghae.
– Sonaba asustado. Casi en pánico. - Mírame.
No quise mirarlo. Mantuve
mis ojos fuertemente cerrados mientras hacía más fuerza, pero, no entraba. Era frustrante,
pero quería seguir, quería ser capaz de poder aceptarlo en mi cuerpo, dentro de
mí, donde siempre ha pertenecido.
-Donghae, creo que tienes
que…- Suspiro. - Tengo que prepararte…
Pero yo no me quería
detener, al fin estaba allí, al fin él estaba aquí conmigo. Ambos desnudos y
excitados. Lo tenía duro contra mí y por mí. Por mis besos y mis caricias, y yo
no quería deshacer eso. No quería romper la magia y que todo se echara a perder.
Con determinación y
llanto, empuje con fuerza su cadera y la punta me atravesó y sentí que el
fuerte dolor me recorría por todo el cuerpo. Chille y el gimió.
Si, quería escucharlo
gemir más, aunque yo me hiciera daño en el camino.
Aparte mi mano de su pene
y la lleve también al otro lado de su cadera. Abrí los ojos y lo observé.
Estaba jadeando y rojo, sudor brillaba en su frente y en el puente de su larga
y linda nariz. Lo bese para que tragara mi próximo sollozo al empujar sus caderas
hacia delante y yo me trague su gemido estrangulado por la presión que
seguramente hacían mis paredes a su alrededor.
Su pene entro un poco más,
pero no lo suficiente. Aguanté mi llanto en su boca hasta que no pude más y él
se separó.
-Donghae, ah, no puedo
verte así…
El comenzó a salir, pero
lo sostuve llorando.
-Nno, por favor…
El me miro y sonrió, por
primera vez, dentro de esta habitación, me regalo su linda sonrisa.
-Volveré a estar en ti, lo
prometo.
Suspire cuando el pecho se
me lleno más de amor, aire y confianza. Sacudí mi cabeza con un silencioso si,
creyendo en sus palabras.
Saco con un jadeo, la
punta de su pene de mi interior. Me tense al sentir mi agujero otra vez
cerrarse con ardor. HyukJae lo noto y me acaricio el cabello donde antes había
estado apretando con pasión. Miré sus ojos y le sonreí con cariño. El no me
respondió la sonrisa, en cambio, continúo mirándome con nerviosismo. Y muy a mi
pesar, hice la pregunta:
- ¿Quieres parar?
HyukJae se sorprendió.
-Tu…quieres esto.
Tu.
En singular.
-Si, yo quiero esto.
El entendió mi molestia,
no podía culparlo. Pero, yo no quería terminar.
Ante su atenta e indecisa
mirada, y a pesar de que por un momento volvía a sentir los pétalos en mi
garganta; lleve mi dedo índice y el del corazón a mi boca, los lamí y chupe con
ruiditos debido a la abundante saliva. Sentía mi cara roja al estar haciendo
esto ante HyukJae, pero, me llene de fuerza por continuar. Ansiaba tenerlo
dentro de mí y quería provocarlo más, mucho más.
Eché un vistazo entre
nuestros cuerpos y me sentí con mas confianza al verlo aún duro.
Saque mis dedos de mi boca
y los lleve de inmediato por debajo de mi saco, el se movió un poco hacia
atrás, absorto en todo lo que yo hacía. Tantee con mis dedos bañados en saliva
por entre mis nalgas y salte cuando roce mi agujero un poco abultado. Nunca,
pero nunca, me había tocado, y mucho menos, alguien más me había tocado esa
área directamente.
Hice círculos con mis
dedos por el área, esparciendo mi saliva y con el dedo del corazón, hice
presión. No entro de inmediato, pero tampoco me frustraría tan rápido, y con un
poco de miedo presione más hasta que se introdujo. Jadee y mire a HyukJae que
no había quitado en ningún momento su mirada de esa área. Me invadió una
vergüenza repentina, las emociones aparecían y desparecían, era como estar en
una montaña rusa. Trate de cerrar inmediatamente las piernas, pero el aún se
encontraba entre ellas. Me tomo de las rodillas, mientras continuaba
arrodillado. Su respiración se escuchaba ruidosa e irregular.
¿Le estará gustando lo que
ve?
No quise ilusionarme tan
rápido al darme cuenta que los pétalos que estuvieron arrastrándose por mi
garganta hace unos minutos, ya no estaban. Solo quería disfrutar de HyukJae, y
rogando que el también disfrutara de mí.
Me estaba impacientando, así
que, sin llegar a mover el dedo dentro de mí, forcé el otro en entrar. Gemí y
me retorcí, los doble dentro de mí y abrí expandiéndome, suponiendo que era así
como se hacía. En un momento, ya mis dedos no eran suficientes tampoco la
cantidad de saliva.
Me retorcí con necesidad y
mirándolo, pero sin atreverme a pedirle nada, sin embargo, él lo comprendió. Lo
vi tomar una bocanada de aire, o valor invisible, tomo mi mano que se hallaba
entre mis nalgas y la alejo, haciendo que los dedos que tenía enterrados en mi
interior, salieran. Me retorcí más e iba a protestar, pero lo vi bajar un poco
entre mis piernas y escupir en mi grieta. Gemí con tanto placer, por esa simple
acción, que me desesperé más en tenerlo dentro de mí.
-HyukJae…por favor.
El me miro y negó.
-Hare…bueno, tratare
de que lo disfrutes, Donghae. – Acaricio el interior de mis muslos con sus
suaves manos. - No tengo experiencia en esto, ni tu tampoco. Tu me amas y yo…-
El paso saliva y mis ojos se llenaron de lágrimas y mi garganta de pétalos de
forma inevitable. – Aunque no te pueda amar de esa manera, tratare de hacerlo
de esta…
Dicho eso, se acercó a mi
pecho y tomo entre sus labios un pezón y chupo ligeramente, su mano jugo con el
otro. Gemí y pronto me reduje en un lio incoherente en la cama. Me tape la boca
con las manos, no quería que los enfermeros se asomaran e interrumpieran este
momento.
Sus labios bajaron,
trazando cada centímetro de mi cuerpo desnudo, sus manos acariciaron mi piel
expuesta, provocándome gemidos de placer. Bajo mas hasta llegar entre mis
piernas, contuve el aire nervioso por un momento cuando pensé que me chuparía
el pene, pero se alejó un poco y solo agarro mis nalgas apretándolas en las
manos. Sus dedos amansaban mi carne y las separaba. Sus dedos inquisitivos se
rozaron ligeramente contra mi agujero. Jadee y estaba casi seguro de haber
visto deseo abrasador en sus ojos y en la forma en que recorrían mi cuerpo.
Sisee y abrí más mis
piernas, dándole a HyukJae un acceso y vista mas clara de mi área sensible. Miro
con ojos oscuros allí, bajo la cabeza y escupió en contra de mi piel sensible.
Sus ojos se encontraron con los míos, pareció dudar un momento, pero, aun así,
rozo con un dedo mi agujero, presiono y lo deslizo. Escupió nuevamente antes de
besar el interior de mi muslo y deslizo otro dedo, yo aprete mas mis manos en
mi boca, aguantando en ella los gemidos de sorpresa, molestia y placer. Los pétalos,
volvieron a desaparecer.
Metió un tercer dedo que
molesto más, al mismo tiempo que se llevaba mi pene dentro de su boca.
- ¡Hyuk- ¡- Lleve mis
manos otra vez a mis labios cuando la primera succión vino. Sus dedos dentro de
mí, se abrían, salían y se enterraban. Esto era suficiente para mí, iba a
explotar. - HyukJae…detente.
El saco de inmediato mi
pene de su boca y sus dedos de mi culo. Subió por mi cuerpo y me miro con
miedo.
-Lo siento…pensé que…
Lo calle con mis labios y
lo abrace.
-Estoy cerca... - El
inmediatamente se sonrojo y lo sentí temblar en mis brazos.
Antes de que él se
retractara de todo, agarré su erección y lo guie hacia mi entrada. Coloque la
otra mano en su cintura, listo para empujarlo hacia mí.
- ¿Listo?
-Debería… ser yo quien te
pregunte eso a… ti. – Soltó una risa nerviosa y le sonreí.
Lo hale de la cintura,
presionándose contra mi agujero, lo empuje un poco más con un gruñido, hasta
que entro la punta. El gimió cerca de mi boca, pero yo estaba tan desesperado
así que lo hale más gimiendo de placer y dolor.
-Dong-hae…ah, con calma.
Estas muy…
-Y tu estas delicioso.
Lo bese con hambre. Esta
vez fue el quien se empujó el resto del camino sin yo esperármelo, jadee hasta
que sus testículos rozaron mis nalgas. El dolor y el placer se mezclaron.
Aprete mis paredes por reflejo, haciendo que HyukJae gruñera. Sus ojos se
cerraron por la tensión que sentía en su dureza y yo estaba tieso con miedo de
que al moverme solo un poco el dolor fuera mas fuerte. Vi sus brazos tensarse y
sus manos agarrar las sabanas.
¿Luchaba contra las ganas de follarme?
Ignore mi dolor y aprete
de nuevo mis paredes, pero esta vez con intención, el gimió con fuerza y me
miro a los ojos.
-Donghae…
Me estaba advirtiendo y yo
solo me estaba excitando más al ver su batalla interna. Eso solo significaba
que le gustaba, que estaba sintiendo placer y que se le hacía difícil contenerse.
HyukJae respiro hondo y se
obligó a relajarse, pero, yo no quería que el se
relajara, yo quería que me sacudiera con fuerza contra la cama. Me sentía tan
lleno allí abajo. Podía sentir el eje de HyukJae palpitar dentro de mi y de
repente sentí un apuro abrumador cuando HyukJae dejo caer su frente contra la
mía.
-Te sientes tan bien. -
HyukJae suspiro, su respiración se había vuelto irregular debido a su esfuerzo
por quedarse quieto y dejar que yo me adaptara a su pene.
Pase mis dedos por su cabello,
jugando con la suave hebra para distraernos un poco, en especial yo.
- ¿Cómo me siento, HyukJae?
- Susurre contra su boca mientras bajaba mis manos por su cuello y pecho. El
tembló y me miro a los ojos.
-Apretado…Ca -caliente.
-Y, ¿te gusta? - Seguí con
mis ojos el movimiento de su manzana de Adam al pasar saliva.
-Ssi…
-Bien…-Pase mi lengua por
todo el largo de su boca. No sé de dónde yo estaba sacando estas agallas.
Quizás era por el pensamiento real de que hay que disfrutar como si fuese el
ultimo día de nuestras vidas, porque para mí, casi lo era. – Ahora, hazme el
amor, HyukJae.
HyukJae me beso
profundamente. Sus caderas se alejaron de las mías y empujo nuevamente hacia
adentro. El dolor que acompaño la primera ruptura en mi cuerpo pronto se
convirtió en placer cuando el comenzó a moverse lentamente. HyukJae estaba
tomando su dulce tiempo torturándome con un empuje lento y largo, mientras me
besaba con pasión.
-HyukJae, muévete…- Gemí,
el ritmo perezoso era bueno, pero no lo suficiente como para satisfacerme. Yo
quería más, lo quería fuerte y duro.
Puse una mano en su cadera
y la otra alrededor de su cuello, esto le gusto porque estiro su cuello y
gimió. Con la mano en la cadera lo empuje con fuerza contra mi cuerpo, chille
de dolor y placer, pero aun así lo hice nuevamente.
HyukJae golpeaba mis
caderas, empujando su pene más profundo, haciéndome gritar. Mi mano que
agarraba su cuello la moví hasta su cabello, donde lo aprete y lo acerqué a mi para
meter mi lengua en su boca. El acelero el ritmo, moviéndose mas rápido,
empujando mas fuerte. Agarro mi cintura lo suficientemente fuerte como para
dejar moretones, pero a mi eso tampoco me importaba. En cambio, me fascino.
Amaba la forma casi contundente en que HyukJae me reclamaba. En cierto modo, me
hizo comprender que él me estaba anhelando, aquí y ahora.
No había ternura, solo
deseo crudo y pura lujuria. Desapareció la gentileza que HyukJae quería
regalarme.
Ambos queríamos…
Ambos necesitábamos…
Y dado que HyukJae me lo
ofrecía todo, yo lo tomaría. Oh, si, tomaría tanto como pudiera y luego más.
Mis uñas arañaron su
espalda, mis caderas se movieron salvajemente, encontrando a HyukJae en cada
empuje. La sensación del pene de HyukJae deslizándose en mi interior me estaba
volviendo loco, y a el también. Todo parecía un sueño.
Era tan bueno, tan perfecto.
Yo no quería que esto terminara nunca, yo quería alargarlo mucho más, pero,
envolví mis piernas alrededor de su cintura, acercándolo aún más, golpeando en
un punto sensible dentro de mí y HyukJae gimió y apretó sus labios en el hueco
de mi cuello, chupando y mordiendo la suave carne de mi piel ardiente. Hice lo
mismo en la piel blanca de su clavícula, chupé fuerte y después lamí. Chupe de
nuevo en otra área…
-Donghae…Estoy…- Él era un
manojo de gemidos. Eso me gusto.
Sin dejar de movernos, el
con sus empujes y yo con los míos encontrándolo, ayudándolo a penetrarme, lleve
mis labios a su sobresaliente manzana de Adam y chupe con fuerza. Su mano apretó
con demasiada fuerza mi cabello, sus caderas quedaron tiesas y encajadas
contras las mías, gimió y jadeo con cada venia de su pene en mi interior.
Esto era como un regalo
para mí, me sentía lleno y contento. Había provocado esto en él.
El siguió tenso por un
rato, escondido contra mi cuello.
-Lo ssien…to.
Se escuchaba avergonzado y
molesto, pero, el no sabia lo alegre que yo me sentía. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
Sabía que, si moría ahora, lo haría feliz pero antes, quería poseerlo a él
también.
Cuando lo sentí relajarse,
hice que nos volteáramos en la cama sacándolo de dentro de mí, el aún estaba un
tanto confundido, así que me instale rápidamente entre sus piernas y acaricie
sus muslos. El repentino movimiento me hizo sentir dolor en la espalda baja,
pero lo ignore.
Su semen se empezó a
escurrir por mis muslos, lo tome con mis dedos y los lleve a mi boca para
probarlo. Gemí y cerré los ojos. Dulce y salado a la vez.
-D-Donghae…- Con mis
fuertes manos agarre sus muslos y los levante hasta pegarlos a su abdomen. -
¿Donghae?
Rápidamente hundí mi
rostro entre la grieta de sus nalgas y pasé la lengua saboreándolo. Lo escuché
jadear y removerse en la cama, pero lo sostuve fuerte. Rodee con mis labios su
botón y chupe, lamí y escupí como si se lo estuviese haciendo toda mi vida. Roce
un dedo en ese lugar, él se tensó y agarro fuerte mis brazos. Lo mire y el me
miro, se estaba mordiendo los labios y pareciera que estaba con una batalla
interna. Presioné de nuevo el dedo sin dejar de mirarlo y poco a poco fui
haciéndome hueco en su cavidad, no sin resistencia. Me arrodille en la cama
mientras introducía otro dedo y el jadeaba. Sus ojos eran dos esferas
completamente redondas y el terror y placer se dibujaba en ellos.
Me mordí mi labio inferior
en respuesta a la mezcla de miedo y excitación que yo mismo sentía. Forcé un
tercer dedo y el cerro los ojos, supongo que, por el escozor y sus manos
apretaron más fuerte mis brazos, quizás en un intento por detenerme, pero, no
lo hizo.
-Lo siento, HyukJae.
El cerro los ojos y yo seguí
hundiendo los dedos hasta pegar mis nudillos a su piel. HyukJae respiraba por la
nariz, pero no se resistió más. Mantuve los dedos inmóviles dentro suyo, esperé
a que el abriera sus ojos, arropado por las calientes paredes. Al mismo tiempo
que HyukJae abrió sus ojos, lo hicieron sus labios y su boca se lleno de
pequeños ahogos. Se veía hermoso con sus mejillas rosadas.
Me incline hacia él, bese
sus labios y susurre en su oído un Te Amo.
Moví mis dedos en
círculos, disfrutando el calor que HyukJae me brindaba. Los metí y saqué un par
de veces, acercándome nuevamente a su boca para beber sus jadeos. Un dulce
gemido, sin rastro de dolor, me dio a entender que di con el mismo punto dulce
que él había dado en mí. Presione mas allí pero el rápidamente me empujo desesperando.
Lo miré asustado y vi la
exaltación en sus ojos. Estaba por correrse.
Aproveche que, mientras se
recuperaba del shock con los ojos cerrados y que mis dedos le habían regalado,
me estreche contra su cuerpo, poniendo mi cara a milímetros de él; esperando a
que abriera los ojos cuando terminara por tranquilizarse. Y debía dejar que se
tranquilizara, porque no era así como yo quería que se corriera conmigo.
HyukJae abrió los ojos con
la mandíbula tensa. Yo empuñe mi pene con una mano mientras la otra estaba
junto a su cabeza en la almohada. Presione en su entrada. HyukJae solo emitió
un gemido de susto, pero yo seguí con mi avance. Maldita sea, era estrecho, demasiado
estrecho. Pero, eso no me detendría.
HyukJae grito, desviando
mi atención que tenia sobre mi propio eje entrando en su interior. Solté mi
pene ya que la punta estaba adentro y coloqué mi mano en su nuca y, sin dejar
de mirarlo, me introduje completamente.
HyukJae volvió a gritar,
cerrando con fuerza los parpados otra vez, y pude ver lagrimas derramándose por
sus mejillas. Me sentí mal por un momento, pero la presión y el calor en mi
eje, y saber que estaba en su cuerpo me hizo gemir de placer, egoístamente. No
obstante, no me moví. Espere por alguna reacción por parte de mi mejor amigo,
que no se hizo esperar cuando el abrió sus ojos. Estaban acuosos por las lágrimas.
Se las aparte con mis pulgares, recorriendo sus mejillas de paso. HyukJae volvió
a cerrar los ojos por la caricia y, sin más dilación, comencé a moverme. Lento
y pausado al principio, hasta que los gemidos de dolor de parte de él se
convirtieron en tímidos gemidos de placer.
Yo no aguantaría mucho. Viéndolo
así, escuchando y sintiéndolo. Sin embargo, seguí moviéndome lento y cuando me
adentraba completamente dentro de él, presionaba con
fuerza en su punto sensible y, volvía y salía, una y otra vez. Rodee su cabeza
con mis brazos, él abrió más sus piernas hasta rodearme la cintura con ella y tomo
en su boca mi labio. Chupé con fuerza su labio de arriba, salí de él, abrió su
boca, metí mi lengua profundamente en su boca mientras hacia lo mismo con mi
pene dentro suyo.
Sus gemidos, sus tímidas
caricias en mi espalda, nuestros besos apasionados y llenos de saliva, su cara
de sumo placer, mi pene enterrado dentro suyo. Toda esta combinación, hizo que
mi saco se juntara y bombearan a través de mi eje chorro tras chorro de semen
en sus adentros. Temblé encima de él y en sus brazos, mientras me deshacía en gemidos
pegado a su nuca y cerca de su oído.
HyukJae me abrazo, y para
mi sorpresa, mientras terminaba de correrme, sentí algo húmedo sobre mi abdomen
seguido de un visceral sonido procedente de su garganta.
Siendo incapaz de sostener
mas mi cuerpo, me derrumbe en su pecho que subía y bajaba, y acomode mi cabeza
entre el cuello y el hombro.
Nos quedamos unos minutos así:
yo encima de él, respirando, calmándonos, serenándonos.
Le di suaves besos entre
la unión de su cuello y hombro, lo escuché suspirar. Me apoye de mis manos en
la cama, levantando solo mi torso y aun estando dentro suyo. Lo mire. El se
encontraba con los ojos entrecerrados. Parecía que no fijaba la vista en ningún
punto concreto. Me miro un segundo para luego desviar la mirada rápidamente. Entrecerré
los ojos, apoyándome de una sola mano, lo tome de la barbilla con gentileza e
hice que me mirara.
Estaba asustado…y molesto.
Alejé mis caderas y salí
de él. HyukJae solo siseo por el movimiento. Me acomode a su lado e intente abrazarlo,
pero el se removió y se sentó en la orilla de la cama con un jadeo de dolor al
hacerlo.
Lo observe en silencio
desde mi posición mientras lo veía levantarse con un poco de incomodidad y
comenzar a vestirse. Yo quería decir muchas cosas, pero, ¿Qué más podría decir
que él no supiera? ¿Qué yo no le hubiese dicho entre cada beso y caricia?
Ya había tomado demasiado
de él. Ya lo empujé lo suficiente como para él sacrificarse
y regalarme su cuerpo antes de yo partir de este mundo.
Yo fui una excepción en su
vida. Quizás por la amistad, quizás por el grupo, quizás por él mismo, pero, HyukJae
me dedico su tiempo a mi tiempo, me concedió mas de un beso que
no quería dar, me entrego ese amor que no le nacía, me hizo esa
excepción.
Y mientras lo veía
marcharse de la habitación, sin regalarme tan siquiera una mirada por última
vez, las flores hicieron acto de presencia dentro de mí. Esparciéndose sus
pétalos por todo mi cuerpo sudado y manchado de nuestros jugos. Nuestros…
Faltándome el aire, tome
como pude mi celular y le marque a la única persona que sabía me podría ayudar
en mi último deseo.
Yo no moriría en
una triste habitación de un hospital.
¨¨***¨¨
Al bajar del auto con la
ayuda de Heechul, disfrute del frio viento golpeándome en el rostro y moviendo
nuestros mechones. Yo tosía tan fuerte que se me dificultaba al caminar, pero,
aun así, le insistí a Heechul que me acercara mas a la arena hasta llegar a las
suaves olas.
Estábamos rodeados de un
poco de pasto alto y dunas. Era un lugar hermoso. Aun recuerdo cuando de niño corría
con mi hermano y nos escondíamos entre los arbustos. Varias veces vine con
HyukJae y vimos el amanecer juntos. La primera vez fue cuando llevábamos
algunos meses conociéndonos dentro de la compañía.
Desearía regresar en el
tiempo, y volver al día en que te conocí y… entonces ¿qué? ¿Me alejaría de ti?
¿Te ignoraría? Posiblemente lo intentaría al principio, pero, sin ningún éxito.
El, con su sentido del
humor y su maravillosa presencia me había cautivado desde la primera sonrisa
que me regalo. En ese momento no me preocupaba el futuro, y ni tampoco me
preocupa ahora, pues he aprendido que lo que tenga que ser, será, y no hay nada
que hacerle. Pero, eso no me impidió para, aun así, confesarle que mi corazón
siempre lo amará, más allá de las nubes.
Me ataco una fuerte arcada
que me doble de dolor y vomite flores enteras. Escuche a Heechul gritar a mi
lado. Cuando me recupere, me quede con las rodillas enterradas en la arena y
levante mi rostro hacia el cielo. Estaba amaneciendo. Era perfecto y hermoso.
-Donghae…no te puedo dejar
aquí. Por favor…
Me sentí mal por mi
querido Hyung. Lo hale hacia mi y lo abrace. Lloramos por un rato en el hombro
del otro.
-Las fans…las ELFs se han
enterrado de que estas sufriendo de la enfermedad Hanahaki. No lo sabes,
Donghae, pero ellas han hecho un revuelo frente a la SM exigiendo que te
obliguen a someterte…a la operación. – Heechul se alejó de mi abrazo y me miro.
– Otras…otras le están echando la culpa a EunHyuk. -Creo que mis ojos llenos de
sorpresa hicieron la pregunta silenciosamente, por lo que él prosiguió. - Ellas
no son tontas, ni nosotros tampoco, aunque probablemente tú y HyukJae sí.
El rio con tristeza y
luego se puso serio nuevamente. Tosi con fuerza, escupiendo sangre y flores en
la arena, algunas de ellas fueron arrastradas por la fuerte marea de madrugada.
-HyukJae debería de estar
aquí contigo. – Entendía que él estuviese molesto y se sintiera, quizás
impotente. Tal vez para ellos, y para el resto del mundo, la solución era que
HyukJae correspondiera a mis sentimientos, pero, las cosas no son tan fáciles.
Nunca lo eran.
-No, él
no tiene la culpa. Ya lo he hecho sufrir lo suficiente en las últimas horas...
-No creo que follar y
disfrutarlo, sea un sufrimiento. - Lo mire sorprendido. ¿Cómo lo…- Te lo
dije, no soy tonto.
Aleje mis ojos de él para
poder observar el sol alzándose a lo lejos, por encima de las aguas azules.
-Ya es hora, Hyung.
Lo escuche llorar a mi
lado, deslice mis notas de despedida en su mano y las aprete. Notas de
despedida para mi familia, mis compañeros, las fans…para el mundo entero.
Y una en particular para
Lee HyukJae. Mi mundo.
¨¨***¨¨
La flor de HyukJae.
Traté de ignorar la preocupación,
pero, simplemente, no pude.
Donghae se había esfumado
desde esta madrugada y nadie lo encontraba.
Había desaparecido y solo
era mi culpa…
Algunas horas después, nos
reunimos todos, excepto Heechul, en el departamento de Leeteuk esperando alguna
noticia de su aparición y viendo el reportaje que daban en la televisión. Aun
me preguntaba como es que las fans, al menos, la mayoría de ellas, sabían que
Donghae estaba sufriendo por la enfermedad Hanahaki debido a mí. Yo ignore las
indirectas de mis compañeros, sabia que ellos también lo sabían.
En la televisión mostraban
a grupos enormes de fans vestidas de blanco en diferentes partes del mundo con
mensajes de apoyo hacia Donghae. Otras vestían con flores o las llevaban en sus
cabellos. Tenían carteles en diferentes idiomas como también en el coreano con
mensajes positivos. Y otros pidiendo que el EunHae dejara de sufrir y volviera
a ser real, otros acusándome y otros con fotos de nosotros juntos en
actividades, conciertos, programas de tv, y demás. Abrazándonos, tomados de la
mano, riendo...y muchas más de él observándome con esos hermosos ojos suyos.
Como también en otras yo mirándolo a él.
Un reportero se acerco a
un grupo de ELFs que estaban frente a la SM, y quienes escuchaban, a alto
volumen, aquel mensaje que Donghae escribió para mi hace algún tiempo. Aquel
mensaje donde el habla a baja y ronca voz, repitiendo que me ama.
Recordé su voz en mi oído…
Te amo.
Me levanté de un salto del
sofá y me encerré en el baño. Abrí el grifo y mojé mi cara con el agua fría,
seguí echándome agua tratando de calmar mis emociones, pero, allí estaba yo,
otra vez dejándome caer por no sé cuántas veces en lo que llevaba del día, en
el suelo llorando.
Quería buscarlo, pero
tenía miedo. Miedo a verle, miedo a hallarle.
Miedo a que fuera
demasiado tarde.
Y me siento un cobarde que
siempre huye. Y, ¿Cómo, desde este momento, huiré si lo que ahora siento dentro
de mí me seguirá a donde vaya? Aunque me lo niegue, aunque sea difícil de
aceptar…
-Lo amo…Lo amo…Te amo,
Donghae.
Lloro y grito dentro del
baño, mientras estoy consciente en que, si no es demasiado tarde, en donde sea
que él este, sentirá sus flores desaparecer y podrá respirar al fin. Y si lo
es, si es demasiado tarde, ya no…respirará más y nunca se habrá enterado que lo
logro.
Logro que yo me
enamorara de él.
Y pienso que la distancia
que puse entre nosotros anoche solo hizo que comprobara la intensidad y
honestidad de mis sentimientos. Y me pregunto si estos sentimientos son nuevos
o terminaron su lento desarrollo anoche con sus besos, mientras veo que Heechul
entra al baño y se arrodilla frente a mí. El me toma del rostro mientras él también
llora.
Me tendió un pequeño
papel, lo tome con una mano temblorosa. Al abrirlo, quise dejar de existir allí
mismo.
Lo siento.
El no tenia nada que
sentir, no era su culpa, sino mía. Por no darme cuenta, por no esforzarme más,
por hacerlo sufrir hasta el punto de…
Mire a Heechul.
- ¿Dónde está?
-HyukJae…
- ¿¡Donde esta!?
El suspiro y después
hablo.
-En la playa que está en
su pueblo…la que tiene arbustos y…
No lo deje terminar y me
levante del suelo. Sali del departamento corriendo, apretando la nota en mis
manos e ignorando el llamado de mis compañeros.
Yo recordaba muy bien esa
playa.
Cuando estuve dentro de mi
auto, conduje lo más rápido que me permitía el pesado tráfico y la distancia. En
varias ocasiones, gracias a mis reflejos, pude esquivar uno que otro auto antes
de chocarles.
El camino hacia Mokpo lo
di tan rápido y desesperado, que, al llegar a la playa, me bajé del auto
corriendo sin tan siquiera apagar el motor o cerrar la puerta como es debido.
Corrí casi tropezando por
el hundimiento de mis zapatos en la arena. Pisé gramas aquí y allá, le di varias
vueltas a las dunas a mi alrededor buscándolo. Me acerque mas a la orilla, la
marea estaba un poco calmada ya que pasaba las horas de la tarde y el sol daba
sus inicios de esconderse bajo el horizonte.
Había mas gramas en
algunas partes, más que las había notado la ultima vez que estuve aquí con él.
Sin embargo, un pequeño espacio de grama encima de una pequeña montaña de arena
capto mi atención. Me acerqué y vi flores y pétalos volando a su alrededor. Me
arrodille en la grama, la marea no me tocaba desde donde estaba. Tomé una flor
amarilla en mi mano y vi sangre en ella. Un jadeo escapo de mi garganta mientras
tome todas las demás flores y pétalos a mi alrededor, queriéndolas abrazar y
apretar todas contra mi pecho. Algunas eran violetas, otras rosas, como también
había azules y rojas.
Todas bañadas en sangre.
Me deje caer entre la
grama y las flores…
Lo perdí.
Llegue muy tarde.
Llore con una mano
apretada en mi pecho, justo donde se hallaba mi corazón dolido, y la otra acariciando
la grama y flores. Tome una azul y la lleve a mi boca. La mastique.
En esta vida, la única forma
de hacer desaparecer el dolor es mediante la muerte.
Y mientras me como tus
flores, Donghae, pienso en todas las veces que pasamos juntos. Todos los
recuerdos junto a ti pasan como una película en mi mente, mostrándome todas las
veces que yo llegue a sentir algo fuerte por ti, pero rápidamente yo hacia que
esos sentimientos disminuyeran. Yo los mataba cada vez más, y tú también habías
hecho lo mismo con tus sentimientos hasta que estos no pudieron achicarse mas
en tu interior y solo quisieron revelarse contra ti, contra mí, contra
nosotros, y crecieron y…me atraparon.
Una y otra vez me había enamorado
de ti, y una y otra vez yo ahogaba ese enamoramiento. Una y otra vez me
enamoraba en la forma en que sonreías cuando me mirabas, en la manera en que reías
por mis tonterías, de tus ojos, de tu sonrisa, tus pensamientos, de tu
presencia.
Me enamore de la forma en
que hiciste siempre sentirme vivo. Sin embargo, ahora que no te tengo, quiero
todo lo contrario.
Con la imagen de tu
sonrisa hermosa proyectada en mi mente, trago la flor y toso. Tomo otra y otra
y las meto a la boca…
- ¿HyukJae?
Yo no lo ame con sus
flores y ahora, aquí me hayo con sus raíces, pero, tampoco estaré para cuando sea
otoño.
-HyukJae…
Enfoco mis ojos a la
silueta frente a mí, esa persona me hala y arrastra de los brazos hasta hacerme
sentar en la arena. Escupo pétalos de las flores que he tratado de tragar. Miro
sus tristes y sorprendidos ojos mientras él mete una mano a mi boca y saca la
flor que obstruía mi respiración. Me toma del rostro y me observa de cerca.
-Donghae…- Sollozo y lo abrazo.
No sé si ya estaré muerto también, pero se siente bien estar nuevamente en sus brazos.
- Donghae, perdóname. Yo…
La voz me falla. El me
suelta y vuelve a mirarme a los ojos.
Él sonríe, me tiende una
mano, la miro y veo en ella una flor blanca, tan blanca como la nieve.
-Es una peonia. -Lo mire confuso.
El suspiro y tomo asiento
a mi lado. El miraba el mar con el sol escondiéndose a lo lejos, su cabello
negro ondeaba por el viento.
-Vine aquí a morir, HyukJae.
– Lo tome de la mano y la aprete. Quise hablar, pero antes de que lo hiciera,
el continúo hablando. - Ya estaba casi moribundo, creo. Estaba justo aquí a punto
de desmayarme. Ya no tenia fuerzas de vomitar más flores, pero, aun así, ellas
lograban salir sin ningún esfuerzo de mi boca. Y…de repente, escuche a lo lejos
una voz llamando mi nombre y decirme que me amaba. - Donghae se voltea y me mira.
- Tu voz, HyukJae. – Me acerco más a él y tomo su rostro entre mis manos. El esta
nervioso y sus ojos se llenan de lágrimas. - Todas las flores desaparecieron de
mi interior nuevamente, el dolor y las náuseas…todo desapareció. Y cuando di mi
primera calada real y profunda de aire, solo esta flor salió de mi boca. No dolió,
no la sentí.
Me tendió la flor blanca.
-Es tuya. -La tome en mis
manos y lo mire. El nunca aparto sus ojos de mi y me miraba aun con los mismos
nervios y miedo. -Hyuk, solo dime…solo dime que en realidad he muerto y nada de
lo que decía esa voz es real, porque no quisiera ilusionarme y sentir que muero
una y otra vez en la esperanza.
Acaricio su mejilla y
aparto una lagrima.
Miro la peonia blanca en
mi mano.
-Esta flor es nuestra.
Esta flor expresa este amor tímido y coqueto que siempre nos hemos regalado en
todo este tiempo y no nos habíamos dado cuenta. -El abre sus ojos y busca en
los míos más allá de mis palabras. - Estamos vivos, Donghae, mi gran amigo…mi
gran amor.
Lo beso a los labios…
-Te amo. - Lo beso de
nuevo y Donghae me corresponde. Me separo solo un poco para susurrarle en sus labios.
- Y no es para tanto, es para siempre.
Me encanto, ando llorando en el trabajo
ResponderEliminarLo ame, es hermoso. Chingu muchas gracias por tan maravillosa historia.
ResponderEliminarWow!!! Tuvo que haber una situación extrema para que Donghae compartiera sus sentimientos con Hyukjae....y que se dieran las cosas entre ellos...a pesar de la enfermedad....la cual por cierto no tenía idea.
ResponderEliminarPor un momento creí que DongHae se moría y que HyukJae se casaba, pero llegar a ver la muerte de tan cerca cambio todo y el amor fue la mejor medicina para los dos.....
ResponderEliminarQue hermosa historia... La amé, estoy llorando por mis preciosos bebés.. Siempre he querido leer un fanfic con esta temática, y no sola la ame, sino que se convirtió en una de mis favoritas ... Gracias por tan maravillosa escritura. 🥰🥰🥰
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