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domingo, 9 de agosto de 2020

My Master {Sichul} Capitulo 11

 




Capitulo 11

 

 

 

 

Al abrir los ojos la mañana siguiente, me halle solo en la cama y en la habitación. Aún estaba desnudo, pero, arropado. Descansado, pero, con dolor de cabeza. Me estire en la cama dejando que las imágenes de las 24 horas anteriores me invadieran. Luego de que lo había besado, el me acaricio con delicadeza el rostro, me acomodo en su pecho y cerré los ojos.

 

Es sorprendente como todo el caos del resto del día culminara con un beso tranquilo y un sueño acogedor.

 

Pase mis manos por mi rostro, obligándome a no pensar más las cosas que no tenían solución ni explicación. Al menos, no por el momento.

 

Me levanté de la cama y vi en una esquina una enorme camisa blanca. No vi ningún bóxer así que, ni modo, tuve que usar únicamente la camisa que al menos me llegaba hasta mitad de los muslos. Fui al baño y me lavé la boca con un cepillo en su paquete cerrado puesto encima del lavamanos. Al terminar en el baño, salí y caminé hasta la puerta de la habitación. Pegue mi oído a la puerta con el intento de escuchar algo de afuera y no me sorprendió el no escuchar nada.

 

Le di la vuelta a la cerradura y halé suave. El pasillo largo estaba desierto. Camine con cuidado con mis pies descalzos. Llegue a la sala de estar, donde la noche anterior me había arrodillado y suplicado a Siwon y a Kyuhyun que me liberaran. Aprete mis manos en puños al recordarlo.

 

Fui hasta la enorme cocina y abrí la nevera. Tome varias uvas y las lleve a mi boca. Eran de mis favoritas, las verdes sin pepitas dentro. Tome la leche para prepararme un latte. Cerré la puerta de la nevera y la figura inmaculada de Siwon apareció. Me sobresalte y deje caer el pote de leche al suelo, derramándose y mojando mis pies. El liquido frio me hizo temblar, pero no mas a como lo hizo esos ojos negros fijos en mí.

 

Se acerco, me agarro de la cintura y me levanto. Rodee su cuello con mis brazos y me sentó encima de la isla. Se alejo y lo vi desaparecer por la esquina de camino al pasillo.

 

Solté el aire en mis pulmones, no sabia que llevaba todo ese rato sin respirar.

 

A los pocos segundos apareció Sungmin con un mapo y balde con agua.

 

- ¡Buenos días!

 

No le respondí el saludo. Comenzó a trapear el desastre que hice y me sentí mal.

 

-Déjame…ayudarte.

 

Salte de la isla, en cuanto mis pies mojados tocaron el suelo, me resbale casi al punto de doblarme, probablemente, un tobillo. Sin embargo, los brazos de Siwon aparecieron como arte de magia y me agarraron. Como hacia unos minutos, me tomo nuevamente de la cintura, me levanto, rodee su cuello y me sentó en la isla.

 

- ¿No puedes quedarte quieto un segundo?

 

Aprete los labios molesto y humillado.

 

-Soy un hombre. No tienes porque sentir que me debes rescatar cada segundo. – El se detuvo frente a mi cruzando los brazos en su pecho, ellos se flexionaron ante el movimiento. Y por primera vez, vi una sonrisa sincera en sus labios…

 

Bien, era hermoso.

 

-Addemas…no tienes que tratarme como a una damisela. Solo me pasas por unas tres pulgadas, quizás…nno tienes qque… ¿Qué tanta gracia te hace?

 

Detrás de el escuche la risita de Sungmin. Suspire.

 

Yesung apareció también.

 

-Ya esta listo la mesa en el jardín, Siwon.

 

-Perfecto.

 

Yesung me vio y sonrió.

 

- ¡Buenos días!

 

¿Por qué todos parecían tan contentos esta mañana? ¿Es que olvidaban todos los eventos de la noche anterior? ¡Estoy secuestrado y casi violado! ¡No estamos para estar jugando a la familia feliz!

 

-Deja de enfurruñar tanto. - Siwon acaricio con un dedo donde se me fruncia el ceño.

 

Con un fuerte manoplazo, aparte su mano de mi rostro. El golpe sonó alto dentro la cocina. Grave error.

 

Sungmin y Yesung desaparecieron al instante de la cocina y yo trague saliva. Mire sus ojos oscuros y trague con dificultad nuevamente. Lo vi levantar sus manos, listo para golpearme…

 

Cerré los esperando el golpe.

 

No obstante, me agarro del cabello corto y echo mi cabeza hacia atrás. Abrí los ojos. Su otra mano se cerró alrededor de mi boca, apretando mis mejillas. Pego su cuerpo al mío, empujando con sus caderas mis piernas para que se abrieran y el quedara entre ellas. Gruñí molesto.

 

Su rostro estaba rojo del coraje y las venas de su sien y cuello sobresalían. Sus dientes estaban apretados, abrió la boca para decir algo, pero no lo hizo. Apretó mas sus manos donde agarraban y me aguante un quejido de dolor. No le iba a dar tal gusto. Me sujeto de esa forma por varios segundos hasta que me beso con fuerza, absolutamente dominante. Aprete mis labios juntos, prohibiéndole la entrada de su lengua a mi boca. Gruño molesto y apretó más su mano alrededor de mi boca. Abrí mis labios para él, dejando que mi cabrón Amo deslizara su lengua dentro y saquease completamente mi boca, besándome hasta que pude sentirlo hasta los pies.

 

La mano de Siwon se deslizo entre nuestros cuerpos y la coló debajo de la larga camisa. Me removí, pero fallando en el intento de apartarlo o de apartarme yo de él.

 

Envolvió su mano alrededor de mi pene, y lo que faltaba para ponerme completamente duro, no se hizo esperar. Gemí en su boca. No pude evitarlo, maldita sea.

 

Acaricio una vez, dos veces. Gemí una y otra vez en su boca, arqueándome bajo su toque, mi cuerpo ganando cada vez mas vida, y el entre mis piernas. Su mano sobre mi era firme y constante.

 

Siwon gruño, bajo, y se movió contra mí, su pene duro presionando mi muslo, su mano aun caliente en mi pene. Me tensé al sentirlo, pero, no pude hacer nada para evitarlo. De un momento a otro, su boca dejo la mía, presionando besos ásperos y húmedos, y mordiendo hacia abajo por la línea de mi garganta, todo dientes y lengua.

 

Gemí nuevamente, tratando de forzar mis ojos abiertos y ver que hacia luego. La mano en mi pene no se detenía y poco a poco comenzaba a sentir ese cosquilleo familiar en lo bajo de mi abdomen. Me retorcí en su agarre, mi cabeza cayo hacia atrás, descubriendo mas mi garganta para su boca.

 

Mi Amo no era gentil y por un momento me cruzo el pensamiento que me gustaba así. Gruñí molesto por la línea de mis pensamientos y trate de empujarlo lejos de mi cuerpo, sin embargo, soltándome la erección, agarro ambas de mis piernas desnudas y las levanto.

 

-Nno…

 

Mis ojos se llenaron de lagrimas al sentirme completamente descubierto ante sus ojos negros. Me aguanto ambas piernas con un brazo y la otra la llevo hacia su boca y chupo un dedo. Lo saco de su boca y acaricio mi agujero con él. Desde su posición, me miro a los ojos con maldad y escupió, cayendo su caliente saliva entre mis nalgas. Temblé.

 

Deslizo un dedo lleno de saliva dentro de mí. Jadee por la sorpresa, incomodidad y el maldito deseo, y entonces su dedo estuvo moviéndose hacia dentro y hacia afuera. Me deje caer hacia atrás en la isla. El apretó mas mis piernas contra mi pecho, abriéndose mas mis nalgas para él. Yo era un desastre de gemidos y quejidos. Su dedo fue acompañado por un segundo, aprete mis propios dedos en mis muslos, arañándome la piel, mientras gemía y gruñía, incapaz de mantenerme en silencio. Temblé ante lo cerca que yo estaba de correrme…casi, casi…

 

Sus dedos desparecieron y se alejó de mi…

 

Aprete mis ojos húmedos, vulnerable y dolorosamente excitado y humillado. Después de recuperarme un poco y no llorar en el momento, me senté como pude, halando la enorme camisa para que tapara gran parte de mis piernas y al estirarla, escondiera un poco mi hinchado pene.

 

En ningún momento levante mis ojos, no quería ver su mirada oscura y su sonrisa orgullosa y petulante.

 

Con el rabillo de los ojos, lo note moviéndose en la cocina y regreso frente a mí. Rodeo mi tobillo derecho con sus dedos, posiblemente, los que hace unos segundos estuvieron dentro de mi…

 

Levanto mi pie y paso una toalla húmeda, limpiándome los restos de leche. Me tense ante el cosquilleo y la incomodidad por tal acción. Mire como su mano tomaba con cuidado mi otro tobillo y me limpiaba de la misma manera: todo el pie, desde el talón hasta entre los dedos con suavidad, casi como un masaje.

 

Era tan contradictorio este trato suyo de ahora al de hace un rato. Me rodee mi estomago y aprete mis labios. Eran muchas emociones que tomar tan temprano en la mañana y con el estómago vacío. Y al parecer, mi erección no quería bajar.

 

Terminó de limpiar mis pies y se fue con la toalla en una mano. Lleve mis manos a mi rostro y solloce. ¿Qué me pasa? Me dolía el pecho, la cabeza y mis testículos…

 

No me di cuenta cuando regreso sin la toalla. Me acaricio mi cabello corto con ambas manos.

 

-Ven, debes comer algo.

 

¡Lo que debo es correrme!

 

- ¿Puedo…ir al baño…?

 

-No.

 

Me destape el rostro y me limpie las lagrimas para mirarlo mejor. Su rostro estaba duro al igual que su mirada.

 

-Es tu castigo. Si te comportas, te premiare en la noche.

 

 Con sus dedos limpio el restante de mis lagrimas y sorbí por la nariz, para mi sorpresa, también la limpio con su mano. No se porque, sentí esas acciones un poco intimas, al igual de su forma de limpiarme los pies. Muy diferente a lo que hizo con sus dedos entre mis nalgas.

 

Una mano bajo hasta mi abdomen y acaricio en círculos. Jadeé al sentí su mano cerca de mi erección.

 

- ¿Duele mucho?

 

Lo mire a los ojos con los labios separados y respirando cortadamente. Asentí.

 

Acaricio un poco mas en mi bajo abdomen y cuando me relaje un poco, me tomo de la cintura, envolví mis piernas alrededor de su cintura y rodee su cuello con mis brazos. Escondí mi rostro en el hueco entre su hombro. Me aguante un gemido cuando mi erección quedo aprisionada entre mi cuerpo y el suyo. No pude evitar mover mis caderas y restregar mi pene en sus duros abdominales, buscando un poco de alivio. Me tragué un gemido y lo hice nuevamente mientras el nos encaminaba hacia el jardín.

 

Un golpe con la mano abierta estallo contra mi nalga. Solté un quejido de dolor y sorpresa.

 

Vale, me comportaría.

 

Al llegar a la mesa del jardín, me dejo en el suelo. Había muchas plantas y una pequeña fuente un poco más lejos. Me di cuenta que estábamos en la parte de atrás de la enorme casa de una sola planta.

 

Él se sentó en una de las sillas, yo iba a hacer lo mismo, sin embargo, me dio otra nalgada y señalo hacia el suelo frente a sus pies. No hablara en serio, ¿verdad?

 

Le sostuve la mirada y el hizo lo mismo. Cuando endureció mas sus ojos, suspire y me arrodille a su lado, estirando la camisa para que cubriera mis rodillas en el duro suelo.

 

Respire aceleradamente, tratando de que no se me formara un taco pesado en la garganta.

 

Sus dedos acariciaron entre mis cabellos cortos.

 

-Muero por verte con el cabello más largo.

 

- ¿Para imaginarte más a una mujer?

 

Su mano tomo mi barbilla, sin hacer fuerza y me hizo levantar mi cara para mirarlo. Su mirada estaba suave.

 

-Kitty, yo tengo muy en claro que eres un hombre y me gustas que lo seas. -Paso su dedo pulgar por mis labios. Los aparto un poco y con la otra mano, metió un pedazo de algo frio y dulce. Mastique con gusto. Melocotón.

 

Trague, me relamí los labios y lo mire de nuevo. El sonrió y me dio otro pedazo.

 

Por varios minutos comimos así en silencio. El se llevaba algunas frutas a su boca y me daba a mi también, mientras sus dedos vagaban tranquilamente por los mechones de mi cabello.

 

Me dio de beber jugo de acerola de su mismo vaso, una gota se me escapó, la relamí, pero entonces otra mas se escapo por mi otra comisura. Escuche su risa y lo mire sorprendido. Al ver que lo miraba con los ojos en blanco, se puso serio de inmediato. Me relamí la otra gota y abrí la boca para que me echara mas frutas en ella. Lo vi combatir por el asomo de otra sonrisa.

 

Me siguió dando de comer. Nunca había comido solo frutas en el desayuno, era nuevo, relajante y fresco.

 

-Mas…uvas. - Le pedí y sus ojos brillaron contento. Al menos tampoco estaba siguiendo las reglas de castigarme por hablar sin su permiso.

 

- ¿Tanto te gustan?

 

Asentí y seguí masticando. Cerré los ojos disfrutando de su sabor y de sus caricias. Esto de verdad me estaba relajando, y aunque aun tenia cierto dolor abajo por no correrme, ya no estaba tan duro.

 

- ¿Qué más te gusta comer?

 

Pensé un momento. Vale, podría hacer mi “estancia temporal” en este lugar un poco más llevadero.

 

-Me gusta mucho las pastas. De bebida me gustan los cordiales, no bebo refrescos. De dulces, me gusta el cheesecake y los bizcochos de zanahoria y canela, además de las gomitas agrias, como los gusanitos.

 

El rio y yo me sonroje.

 

-Yo amo el cheesecake. Luego de la cena, comeremos uno completo para los dos, ¿vale?

 

Anonadado, asentí.

 

No pude evitar recordar las veces que comía cheesecake a escondidas de Yoo Si. Ella odiaba casi todos los dulces, comerlos y que yo también los comiera. Decía que debíamos mantener nuestra “figura”. Mientras que Siwon iba a dejarme comer cuanto quisiera, y tal vez, luego me “premiaba” con algo más.

 

Unos minutos después de, sorprendentemente, cómodo silencio, Siwon suspiro y dijo que estaba lleno. Yo, en cambio, me alce un poco, pero manteniendo mis rodillas en el suelo, hasta poder ver por encima de la mesa. Aun quedaba muchas uvas verdes.

 

-Eres mío, pero, no eres un esclavo que le prohibiré comer cuanto quiera.

 

Lo mire.

 

-Y si… ¿engordo?

 

El sonrió.

 

-Serias una hermosa bolita blanca y te mordería cada carne extra.

 

Vale.

 

 

Cuanto daría porque Yoo Si lo escuchara.

 

Al pensar en ella nuevamente, suspire y me quede en el suelo sin tomar una uva verde más. ¿Como podría estar, aunque sea un momento relajado y disfrutar de unas simples frutas? ¿Qué tal si ella no ha comido por la preocupación? ¿Qué tal si ella no ha podido dormir? ¿Qué tal si ella esta en las calles sola, buscándome?

 

Limpie rápidamente mis ojos para que las lágrimas no bajaran.

 

Su mano me saco de mis pensamientos, me acaricio todo el largo de mi cuello. Lo mire y palmeo con la otra mano su regazo. Puse los ojos en blanco, Siwon levanto una ceja así que, me levanté y senté en su regazo halando hacia abajo la camisa.

 

Evite su mirada.

 

- ¿A qué se debe tu cambio?

 

-Estoy…preocupado.

 

- ¿Por ti? Ya te dije que…

 

-No, por mi novia. - Silencio. - Yo…estaba saldando algunas de nuestras deudas y nos faltaba poco por terminar nuestros estudios y entonces…

 

-Entonces, ¿Qué?

 

-Nos casaríamos.

 

Su mano tomo de mi barbilla y me hizo mirarlo. En cuanto mis ojos se encontraron con los suyos, me aguante la respiración.

 

-Mascota, ella es tu pasado. -Siwon hablaba con la mandíbula tensa. - Yo soy tu presente y tu futuro.

 

-Si, señor.

 

Suspiro y me beso los labios, solo un roce. No me di cuenta que yo estaba temblando.

 

-Ven, te enseñare el resto de nuestra casa. -Lo mire con la pregunta en mis ojos. - Si, Kitty, nuestra. Estoy cambiando muchas cosas por ti y quiero que te sientas cómodo en este lugar. Muchas veces no estaré presente, sin embargo, quiero que tengas la libertad de vagar por la casa, excepto mi habitación. Pero, solo tendrás toda esa libertad cuando ganes un poco mas de confianza en mí, y cuando yo también confié en ti. En que no te atreverás a escapar. Hay mucha seguridad en esta casa y además tengo varios hombres alrededor de ella. Luego te los muestro, así que quiero que en cuanto antes, desistas de cualquier plan que tengas en esa cabecita y dejes que yo te premie con tu libertad en esta casa. Incluso podemos viajar a cualquier parte del mundo. Lo que tú quieras.

 

Cuanta contradicción.

 

 

Me tomo de la mano y caminamos hacia el interior de la casa, por las puertas corredizas de la cocina.

 

- ¿Por qué no tu habitación?

 

-Porque yo lo digo.

 

Con eso entendí que daba por terminada el tema de su recamara.

 

Caminamos por el largo pasillo, me señalo donde se encontraba la habitación de Yesung y Sungmin, no tan lejos de la mía. Me mostro otras tres habitaciones enormes de huéspedes. Desee que al menos, una de ellas fuera para mí, pero no, yo tenia una roja y negra con cadenas, fustas y juguetes sexuales.

 

Me mostro dos baños para invitados, su oficina, un “pequeño” gimnasio, según él, pero era dos veces mas grande que mi habitación. Me mostro el laundry, el cual también era muy grande. Me indico que si necesitaba cualquier cosa le podía pedir ayuda a Yesung o a Sungmin, que no tenia que hacer nada de limpieza ni lavar mi propia ropa, lo cual, obviamente, no me haría sentir bien.

 

-Por cierto, ¿estaré vistiendo camisas enormes todo el tiempo y sin pantalón o ropa interior?

 

Cerré un ojo contraído esperando un regaño. Sin embargo, Siwon me miro con una sonrisa ladina.

 

-Te prefiero así todo el día, pero supongo que uno que otro pantalón no harán daño.

 

-Y bóxer…

 

-Mmm…ok.

 

Suspire.

 

Doblamos en la esquina y nos encontramos con dos puertas enormes blancas, como el resto de la casa.

 

-Y esta es mi habitación. -Dijo serio.

 

¿Por qué tanto misterio?

 

No dije nada, solo asentí. Dimos vuelta y caminamos todo el pasillo largo nuevamente hasta llegar frente a mi habitación. Abrió la puerta y temblé de miedo y anticipación.

 

-Te avisare cuando este la cena más tarde. -Lo mire con los ojos entrecerrados. ¿Tantas horas allí encerrado? - Tengo algunas cosas que hacer y aun me tienes que demostrar mucho para que vayas ganando poco a poco tu libertad en esta casa. Si quieres leer algo, puedo buscarte algún libro en mi oficina para los próximos días. Hoy, sin embargo, te quedaras aquí y pensaras sobre lo que te conviene siendo mío y las cosas que hemos hablado. -Abrí la boca para decir algo, pero nuevamente la cerré.

 

Me toco con sus dedos mis labios.

 

-Y nada de jugar con tu cuerpo, solo yo te brindare ese placer. - Fruncí las cejas listo para discutirle, pero me abordo mi boca con la suya.

 

Metió su lengua tan dentro de mi boca y acaparo toda la mía con demanda, y sin más, me soltó…

 

Jadee buscando aire. Me despeino el cabello y sonrió.

 

-Nos vemos luego.

 

Y con eso, cerro la puerta en mis narices.







1 comentario:

  1. Como me encanta que hayas actualizado. Siento que se va a poner brutal esto de abandonar así de repente toda su vida y su novia aunque tal vez después escapé y vaya con ella y me va a doler Siwon :(( sufrirán mucho y yo con ellos pero me va a encantar ggg espero ansiosa el siguiente capitulo

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