Capitulo 11
Al abrir los ojos la
mañana siguiente, me halle solo en la cama y en la habitación. Aún estaba desnudo,
pero, arropado. Descansado, pero, con dolor de cabeza. Me estire en la cama
dejando que las imágenes de las 24 horas anteriores me invadieran. Luego de que
lo había besado, el me acaricio con delicadeza el rostro, me acomodo en su
pecho y cerré los ojos.
Es sorprendente como todo
el caos del resto del día culminara con un beso tranquilo y un sueño acogedor.
Pase mis manos por mi
rostro, obligándome a no pensar más las cosas que no tenían solución ni explicación.
Al menos, no por el momento.
Me levanté de la cama y vi
en una esquina una enorme camisa blanca. No vi ningún bóxer así que, ni modo,
tuve que usar únicamente la camisa que al menos me llegaba hasta mitad de los
muslos. Fui al baño y me lavé la boca con un cepillo en su paquete cerrado
puesto encima del lavamanos. Al terminar en el baño, salí y caminé hasta la
puerta de la habitación. Pegue mi oído a la puerta con el intento de escuchar
algo de afuera y no me sorprendió el no escuchar nada.
Le di la vuelta a la
cerradura y halé suave. El pasillo largo estaba desierto. Camine con cuidado
con mis pies descalzos. Llegue a la sala de estar, donde la noche anterior me había
arrodillado y suplicado a Siwon y a Kyuhyun que me liberaran. Aprete mis manos
en puños al recordarlo.
Fui hasta la enorme cocina
y abrí la nevera. Tome varias uvas y las lleve a mi boca. Eran de mis
favoritas, las verdes sin pepitas dentro. Tome la leche para prepararme un
latte. Cerré la puerta de la nevera y la figura inmaculada de Siwon apareció.
Me sobresalte y deje caer el pote de leche al suelo, derramándose y mojando mis
pies. El liquido frio me hizo temblar, pero no mas a como lo hizo esos ojos
negros fijos en mí.
Se acerco, me agarro de la
cintura y me levanto. Rodee su cuello con mis brazos y me sentó encima de la
isla. Se alejo y lo vi desaparecer por la esquina de camino al pasillo.
Solté el aire en mis
pulmones, no sabia que llevaba todo ese rato sin respirar.
A los pocos segundos apareció
Sungmin con un mapo y balde con agua.
- ¡Buenos días!
No le respondí el saludo.
Comenzó a trapear el desastre que hice y me sentí mal.
-Déjame…ayudarte.
Salte de la isla, en
cuanto mis pies mojados tocaron el suelo, me resbale casi al punto de doblarme,
probablemente, un tobillo. Sin embargo, los brazos de Siwon aparecieron como
arte de magia y me agarraron. Como hacia unos minutos, me tomo nuevamente de la
cintura, me levanto, rodee su cuello y me sentó en la isla.
- ¿No puedes quedarte
quieto un segundo?
Aprete los labios molesto
y humillado.
-Soy un hombre. No tienes
porque sentir que me debes rescatar cada segundo. – El se detuvo frente a mi
cruzando los brazos en su pecho, ellos se flexionaron ante el movimiento. Y por
primera vez, vi una sonrisa sincera en sus labios…
Bien, era hermoso.
-Addemas…no tienes que
tratarme como a una damisela. Solo me pasas por unas tres pulgadas, quizás…nno
tienes qque… ¿Qué tanta gracia te hace?
Detrás de el escuche la
risita de Sungmin. Suspire.
Yesung apareció también.
-Ya esta listo la mesa en
el jardín, Siwon.
-Perfecto.
Yesung me vio y sonrió.
- ¡Buenos días!
¿Por qué todos parecían tan
contentos esta mañana? ¿Es que olvidaban todos los eventos de la noche
anterior? ¡Estoy secuestrado y casi violado! ¡No estamos para estar jugando a
la familia feliz!
-Deja de enfurruñar tanto.
- Siwon acaricio con un dedo donde se me fruncia el ceño.
Con un fuerte manoplazo, aparte
su mano de mi rostro. El golpe sonó alto dentro la cocina. Grave error.
Sungmin y Yesung
desaparecieron al instante de la cocina y yo trague saliva. Mire sus ojos
oscuros y trague con dificultad nuevamente. Lo vi levantar sus manos, listo
para golpearme…
Cerré los esperando el
golpe.
No obstante, me agarro del
cabello corto y echo mi cabeza hacia atrás. Abrí los ojos. Su otra mano se cerró
alrededor de mi boca, apretando mis mejillas. Pego su cuerpo al mío, empujando
con sus caderas mis piernas para que se abrieran y el quedara entre ellas. Gruñí
molesto.
Su rostro estaba rojo del
coraje y las venas de su sien y cuello sobresalían. Sus dientes estaban
apretados, abrió la boca para decir algo, pero no lo hizo. Apretó mas sus manos
donde agarraban y me aguante un quejido de dolor. No le iba a dar tal gusto. Me
sujeto de esa forma por varios segundos hasta que me beso con fuerza,
absolutamente dominante. Aprete mis labios juntos, prohibiéndole la entrada de
su lengua a mi boca. Gruño molesto y apretó más su mano alrededor de mi boca. Abrí
mis labios para él, dejando que mi cabrón Amo deslizara su lengua dentro
y saquease completamente mi boca, besándome hasta que pude sentirlo hasta los
pies.
La mano de Siwon se
deslizo entre nuestros cuerpos y la coló debajo de la larga camisa. Me removí, pero
fallando en el intento de apartarlo o de apartarme yo de él.
Envolvió su mano alrededor
de mi pene, y lo que faltaba para ponerme completamente duro, no se hizo
esperar. Gemí en su boca. No pude evitarlo, maldita sea.
Acaricio una vez, dos
veces. Gemí una y otra vez en su boca, arqueándome bajo su toque, mi cuerpo
ganando cada vez mas vida, y el entre mis piernas. Su mano sobre mi era firme y
constante.
Siwon gruño, bajo, y se movió
contra mí, su pene duro presionando mi muslo, su mano aun caliente en mi pene. Me
tensé al sentirlo, pero, no pude hacer nada para evitarlo. De un momento a otro,
su boca dejo la mía, presionando besos ásperos y húmedos, y mordiendo hacia
abajo por la línea de mi garganta, todo dientes y lengua.
Gemí nuevamente, tratando
de forzar mis ojos abiertos y ver que hacia luego. La mano en mi pene no se detenía
y poco a poco comenzaba a sentir ese cosquilleo familiar en lo bajo de mi
abdomen. Me retorcí en su agarre, mi cabeza cayo hacia atrás, descubriendo mas
mi garganta para su boca.
Mi Amo no era gentil y por
un momento me cruzo el pensamiento que me gustaba así. Gruñí molesto por la línea
de mis pensamientos y trate de empujarlo lejos de mi cuerpo, sin embargo, soltándome
la erección, agarro ambas de mis piernas desnudas y las levanto.
-Nno…
Mis ojos se llenaron de
lagrimas al sentirme completamente descubierto ante sus ojos negros. Me aguanto
ambas piernas con un brazo y la otra la llevo hacia su boca y chupo un dedo. Lo
saco de su boca y acaricio mi agujero con él. Desde su posición, me miro a los
ojos con maldad y escupió, cayendo su caliente saliva entre mis nalgas. Temblé.
Deslizo un dedo lleno de
saliva dentro de mí. Jadee por la sorpresa, incomodidad y el maldito deseo, y
entonces su dedo estuvo moviéndose hacia dentro y hacia afuera. Me deje caer
hacia atrás en la isla. El apretó mas mis piernas contra mi pecho, abriéndose mas
mis nalgas para él. Yo era un desastre de gemidos y quejidos. Su dedo fue
acompañado por un segundo, aprete mis propios dedos en mis muslos, arañándome la
piel, mientras gemía y gruñía, incapaz de mantenerme en silencio. Temblé ante
lo cerca que yo estaba de correrme…casi, casi…
Sus dedos desparecieron y
se alejó de mi…
Aprete mis ojos húmedos, vulnerable
y dolorosamente excitado y humillado. Después de recuperarme un poco y no
llorar en el momento, me senté como pude, halando la enorme camisa para que
tapara gran parte de mis piernas y al estirarla, escondiera un poco mi hinchado
pene.
En ningún momento levante
mis ojos, no quería ver su mirada oscura y su sonrisa orgullosa y petulante.
Con el rabillo de los ojos,
lo note moviéndose en la cocina y regreso frente a mí. Rodeo mi tobillo derecho
con sus dedos, posiblemente, los que hace unos segundos estuvieron dentro de mi…
Levanto mi pie y paso una
toalla húmeda, limpiándome los restos de leche. Me tense ante el cosquilleo y
la incomodidad por tal acción. Mire como su mano tomaba con cuidado mi otro
tobillo y me limpiaba de la misma manera: todo el pie, desde el talón hasta
entre los dedos con suavidad, casi como un masaje.
Era tan contradictorio
este trato suyo de ahora al de hace un rato. Me rodee mi estomago y aprete mis
labios. Eran muchas emociones que tomar tan temprano en la mañana y con el estómago
vacío. Y al parecer, mi erección no quería bajar.
Terminó de limpiar mis
pies y se fue con la toalla en una mano. Lleve mis manos a mi rostro y solloce.
¿Qué me pasa? Me dolía el pecho, la cabeza y mis testículos…
No me di cuenta cuando
regreso sin la toalla. Me acaricio mi cabello corto con ambas manos.
-Ven, debes comer algo.
¡Lo que debo es correrme!
- ¿Puedo…ir al baño…?
-No.
Me destape el rostro y me
limpie las lagrimas para mirarlo mejor. Su rostro estaba duro al igual que su
mirada.
-Es tu castigo. Si te comportas,
te premiare en la noche.
Con sus dedos limpio el restante de mis
lagrimas y sorbí por la nariz, para mi sorpresa, también la limpio con su mano.
No se porque, sentí esas acciones un poco intimas, al igual de su forma de limpiarme
los pies. Muy diferente a lo que hizo con sus dedos entre mis nalgas.
Una mano bajo hasta mi abdomen
y acaricio en círculos. Jadeé al sentí su mano cerca de mi erección.
- ¿Duele mucho?
Lo mire a los ojos con los
labios separados y respirando cortadamente. Asentí.
Acaricio un poco mas en mi
bajo abdomen y cuando me relaje un poco, me tomo de la cintura, envolví mis
piernas alrededor de su cintura y rodee su cuello con mis brazos. Escondí mi
rostro en el hueco entre su hombro. Me aguante un gemido cuando mi erección quedo
aprisionada entre mi cuerpo y el suyo. No pude evitar mover mis caderas y restregar
mi pene en sus duros abdominales, buscando un poco de alivio. Me tragué un
gemido y lo hice nuevamente mientras el nos encaminaba hacia el jardín.
Un golpe con la mano
abierta estallo contra mi nalga. Solté un quejido de dolor y sorpresa.
Vale, me comportaría.
Al llegar a la mesa del jardín,
me dejo en el suelo. Había muchas plantas y una pequeña fuente un poco más
lejos. Me di cuenta que estábamos en la parte de atrás de la enorme casa de una
sola planta.
Él se sentó en una de las
sillas, yo iba a hacer lo mismo, sin embargo, me dio otra nalgada y señalo
hacia el suelo frente a sus pies. No hablara en serio, ¿verdad?
Le sostuve la mirada y el
hizo lo mismo. Cuando endureció mas sus ojos, suspire y me arrodille a su lado,
estirando la camisa para que cubriera mis rodillas en el duro suelo.
Respire aceleradamente,
tratando de que no se me formara un taco pesado en la garganta.
Sus dedos acariciaron entre
mis cabellos cortos.
-Muero por verte con el
cabello más largo.
- ¿Para imaginarte más a
una mujer?
Su mano tomo mi barbilla,
sin hacer fuerza y me hizo levantar mi cara para mirarlo. Su mirada estaba
suave.
-Kitty, yo tengo muy en
claro que eres un hombre y me gustas que lo seas. -Paso su dedo pulgar por mis
labios. Los aparto un poco y con la otra mano, metió un pedazo de algo frio y
dulce. Mastique con gusto. Melocotón.
Trague, me relamí los
labios y lo mire de nuevo. El sonrió y me dio otro pedazo.
Por varios minutos comimos
así en silencio. El se llevaba algunas frutas a su boca y me daba a mi también,
mientras sus dedos vagaban tranquilamente por los mechones de mi cabello.
Me dio de beber jugo de
acerola de su mismo vaso, una gota se me escapó, la relamí, pero entonces otra
mas se escapo por mi otra comisura. Escuche su risa y lo mire sorprendido. Al
ver que lo miraba con los ojos en blanco, se puso serio de inmediato. Me relamí
la otra gota y abrí la boca para que me echara mas frutas en ella. Lo vi combatir
por el asomo de otra sonrisa.
Me siguió dando de comer.
Nunca había comido solo frutas en el desayuno, era nuevo, relajante y fresco.
-Mas…uvas. - Le pedí y sus
ojos brillaron contento. Al menos tampoco estaba siguiendo las reglas de
castigarme por hablar sin su permiso.
- ¿Tanto te gustan?
Asentí y seguí masticando.
Cerré los ojos disfrutando de su sabor y de sus caricias. Esto de verdad me
estaba relajando, y aunque aun tenia cierto dolor abajo por no correrme, ya no
estaba tan duro.
- ¿Qué más te gusta comer?
Pensé un momento. Vale, podría
hacer mi “estancia temporal” en este lugar un poco más llevadero.
-Me gusta mucho las pastas.
De bebida me gustan los cordiales, no bebo refrescos. De dulces, me gusta el
cheesecake y los bizcochos de zanahoria y canela, además de las gomitas agrias,
como los gusanitos.
El rio y yo me sonroje.
-Yo amo el cheesecake.
Luego de la cena, comeremos uno completo para los dos, ¿vale?
Anonadado, asentí.
No pude evitar recordar
las veces que comía cheesecake a escondidas de Yoo Si. Ella odiaba casi todos
los dulces, comerlos y que yo también los comiera. Decía que debíamos mantener
nuestra “figura”. Mientras que Siwon iba a dejarme comer cuanto quisiera, y tal
vez, luego me “premiaba” con algo más.
Unos minutos después de,
sorprendentemente, cómodo silencio, Siwon suspiro y dijo que estaba lleno. Yo,
en cambio, me alce un poco, pero manteniendo mis rodillas en el suelo, hasta
poder ver por encima de la mesa. Aun quedaba muchas uvas verdes.
-Eres mío, pero, no eres
un esclavo que le prohibiré comer cuanto quiera.
Lo mire.
-Y si… ¿engordo?
El sonrió.
-Serias una hermosa bolita
blanca y te mordería cada carne extra.
Vale.
Cuanto daría porque Yoo Si
lo escuchara.
Al pensar en ella
nuevamente, suspire y me quede en el suelo sin tomar una uva verde más. ¿Como podría
estar, aunque sea un momento relajado y disfrutar de unas simples frutas? ¿Qué tal
si ella no ha comido por la preocupación? ¿Qué tal si ella no ha podido dormir?
¿Qué tal si ella esta en las calles sola, buscándome?
Limpie rápidamente mis
ojos para que las lágrimas no bajaran.
Su mano me saco de mis pensamientos,
me acaricio todo el largo de mi cuello. Lo mire y palmeo con la otra mano su
regazo. Puse los ojos en blanco, Siwon levanto una ceja así que, me levanté y senté
en su regazo halando hacia abajo la camisa.
Evite su mirada.
- ¿A qué se debe tu
cambio?
-Estoy…preocupado.
- ¿Por ti? Ya te dije que…
-No, por mi novia. - Silencio.
- Yo…estaba saldando algunas de nuestras deudas y nos faltaba poco por terminar
nuestros estudios y entonces…
-Entonces, ¿Qué?
-Nos casaríamos.
Su mano tomo de mi
barbilla y me hizo mirarlo. En cuanto mis ojos se encontraron con los suyos, me
aguante la respiración.
-Mascota, ella es tu
pasado. -Siwon hablaba con la mandíbula tensa. - Yo soy tu presente y tu
futuro.
-Si, señor.
Suspiro y me beso los labios,
solo un roce. No me di cuenta que yo estaba temblando.
-Ven, te enseñare el resto
de nuestra casa. -Lo mire con la pregunta en mis ojos. - Si, Kitty, nuestra.
Estoy cambiando muchas cosas por ti y quiero que te sientas cómodo en este
lugar. Muchas veces no estaré presente, sin embargo, quiero que tengas la
libertad de vagar por la casa, excepto mi habitación. Pero, solo tendrás toda
esa libertad cuando ganes un poco mas de confianza en mí, y cuando yo también confié
en ti. En que no te atreverás a escapar. Hay mucha seguridad en esta casa y además
tengo varios hombres alrededor de ella. Luego te los muestro, así que quiero
que en cuanto antes, desistas de cualquier plan que tengas en esa cabecita y
dejes que yo te premie con tu libertad en esta casa. Incluso podemos viajar a cualquier
parte del mundo. Lo que tú quieras.
Cuanta contradicción.
Me tomo de la mano y caminamos
hacia el interior de la casa, por las puertas corredizas de la cocina.
- ¿Por qué no tu habitación?
-Porque yo lo digo.
Con eso entendí que daba por
terminada el tema de su recamara.
Caminamos por el largo
pasillo, me señalo donde se encontraba la habitación de Yesung y Sungmin, no
tan lejos de la mía. Me mostro otras tres habitaciones enormes de huéspedes.
Desee que al menos, una de ellas fuera para mí, pero no, yo tenia una roja y
negra con cadenas, fustas y juguetes sexuales.
Me mostro dos baños para
invitados, su oficina, un “pequeño” gimnasio, según él, pero era dos veces mas
grande que mi habitación. Me mostro el laundry, el cual también era muy grande.
Me indico que si necesitaba cualquier cosa le podía pedir ayuda a Yesung o a
Sungmin, que no tenia que hacer nada de limpieza ni lavar mi propia ropa, lo
cual, obviamente, no me haría sentir bien.
-Por cierto, ¿estaré
vistiendo camisas enormes todo el tiempo y sin pantalón o ropa interior?
Cerré un ojo contraído esperando
un regaño. Sin embargo, Siwon me miro con una sonrisa ladina.
-Te prefiero así todo el día,
pero supongo que uno que otro pantalón no harán daño.
-Y bóxer…
-Mmm…ok.
Suspire.
Doblamos en la esquina y
nos encontramos con dos puertas enormes blancas, como el resto de la casa.
-Y esta es mi habitación.
-Dijo serio.
¿Por qué tanto misterio?
No dije nada, solo asentí.
Dimos vuelta y caminamos todo el pasillo largo nuevamente hasta llegar frente a
mi habitación. Abrió la puerta y temblé de miedo y anticipación.
-Te avisare cuando este la
cena más tarde. -Lo mire con los ojos entrecerrados. ¿Tantas horas allí encerrado?
- Tengo algunas cosas que hacer y aun me tienes que demostrar mucho para que vayas
ganando poco a poco tu libertad en esta casa. Si quieres leer algo, puedo buscarte
algún libro en mi oficina para los próximos días. Hoy, sin embargo, te quedaras
aquí y pensaras sobre lo que te conviene siendo mío y las cosas que hemos hablado.
-Abrí la boca para decir algo, pero nuevamente la cerré.
Me toco con sus dedos mis
labios.
-Y nada de jugar con tu
cuerpo, solo yo te brindare ese placer. - Fruncí las cejas listo para discutirle,
pero me abordo mi boca con la suya.
Metió su lengua tan dentro
de mi boca y acaparo toda la mía con demanda, y sin más, me soltó…
Jadee buscando aire. Me
despeino el cabello y sonrió.
-Nos vemos luego.
Y con eso, cerro la puerta
en mis narices.
Como me encanta que hayas actualizado. Siento que se va a poner brutal esto de abandonar así de repente toda su vida y su novia aunque tal vez después escapé y vaya con ella y me va a doler Siwon :(( sufrirán mucho y yo con ellos pero me va a encantar ggg espero ansiosa el siguiente capitulo
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