Capítulo 3
En el momento en que sentí su lengua rozar la mía, dejé de pensar. Un gruñido salió del fondo de mi pecho y lo devoré.
Devoré la boca de Heechul como nunca lo había hecho con ninguna otra persona, mucho menos a otro hombre.
Le solté las manos y agarré su cintura, apretándolo contra mi cuerpo.
Su lengua fina daba vueltas alrededor de la mía, luchando, sin embargo, yo lo dominé. O quizás él se dejó.
Sentía que me liberaba de tantas cosas que llevaba tan enterradas dentro de mi con cada beso que le daba, con cada apretón de su piel, cada mordida y cada gemido.
Heechul dejó de besarme, desgraciadamente, y se levantó un poco de mis caderas para que quitarme los bóxers y él los suyos.
Ambos estábamos duros y goteantes. Entonces, la realidad volvió a mi.
-¡No! ¡Espera, Heechul!
Apreté sus brazos para que detuviera cualquier movimiento.
-Donghae, no te cohibas. Quieres esto.
Negué y lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.
Heechul me miró con pena. Yo sabía que él no tenía la culpa, que él sólo me quería, de esta y de todas las formas. Pero, era yo quien no podía darle eso.
-¿A que le tienes tanto miedo, Donghae? Nadie lo sabrá.- aflojé mi agarre en sus brazos. Sus manos acariciaron mi rostro y me besó con ternura.- Nadie tiene porque enterarse. Solo estamos tú y yo, Donghae.- otro beso.- Te amo.
Y me besó más y más, y más.
Acaricié su espalda suave y el hundía sus finas manos en mi corto cabello. Sus caderas comenzaron a moverse contra las mías. Mi primer reflejo al sentir su hombría presionada contra la mía, fue tratar de salir de debajo suyo. Estaba asustando. Pero no lo permitió y solo se apretó más contra mi.
No pude negar el placer era inimaginable, y más al saber que era Heechul.
Mi mejor amigo.
Heechul se separó, me miró a los ojos sonriente.
Y no podía negar tampoco, que quizás también lo amaba.
Bajó una mano entre nuestros cuerpo, él no quitaba sus ojos de los míos, estudiándome. Como queriendo saber hasta donde llegar. ¿Que es lo que hará?
Sus piernas separaron las mías y su mano rozó el área debajo de mis bolas.
Tomé su mano rápidamente.
-No.
Heechul río y suspiró.
No me parece gracioso.
-Ya me lo esperaba. Está bien.
Respire de nuevo.
Lamió dos de sus dedos. Yo miraba absorto lo sensual que se veía con esos labios rojos chupando sus afeminados dedos.
Guió su mano hasta su entrepierna pero no se detuvo ahí, sino que siguió y ya no pude verla entre sus piernas.
De pronto, soltó un gemido. ¿Que es lo que está haciendo?
Otro gemido.
¡Oh no!
-Hee-Heechul.
Echo su cuerpo un poco hacia atrás y así yo pude ver que era lo que hacían esos dedos. Lo que me temía.
Su mano se hallaba entre sus nalgas y los dedos enterrados en su ano.
-Respira, Donghae.
Eso se veía tan jodidamente prohibido y tan...sensual.
Saco sus dedos, escupió en su mano, baño mi pene con su saliva, levantó sus caderas y lo posicionó en sus nalgas.
-Heechul, no...
-Quiero esto, Donghae.- me miró intensamente.- Te quiero a ti.
Comenzó a bajar sus caderas y la punta de mi pene presionó contra su agujero. El gruñó de dolor, quería detenerlo, no aguantaba verlo sufrir pero entonces...
Bajó de golpe.
Escuché de lejos su grito, yo estaba en una nuble de puro placer. Su interior estaba tan caliente. Me estaba apretando tanto.
Cuando abrí los ojos y poco a poco la nube de placer se iba disipando, lo miré y él me miraba con gotas de sudor bajándole por la sien y respirando dificultosamente.
De nuevo, el deseo ciego y ahogador volvieron a mi. Y solo quería más, mucho más.
Lo tome de las caderas, nos dimos vuelta en la cama quedando yo encima de él, entre sus piernas. Su rostro mostraba algo de dolor por el repentino movimiento.
-Lo siento.
Heechul me besó, dejándome entender que estaba bien.
-Solo... hazme tuyo, Donghae.- rozó contra mis labios.-Ámame.
Lo hacía. Realmente lo hacía.
Salí un poco de su cuerpo, enredé mis manos en su cabello y haciendo fuerzas, me metí de lleno en el interior que me calentaba, nuevamente.
Bese sus gemidos y sollozos con cada embestida de los caderas contra las suyas. Era increíble lo pronto que había pasado de estar asustado y nervioso, a ver todo con claridad mientras lo hacía mío. Ver que de verdad esto es lo que quería en mi vida. Lo quiero a él.
Heechul abrió más sus piernas y yo aproveché para encajar más mis caderas contras las suya y comencé un movimiento salvaje.
Me deleitaba con cada embestida, viendo como pene dentro de su cuerpo y volvía a aparecer cubierta de una fina capa brillante.
Cuando sentí el eje de Heechul rozar mi estómago, esta vez no me asustó, solo sentí más deseos, más excitacion. Sus uñas arruñaban mi espalda y sus dientes mordían mis labios.
El orgasmo llegó sin avisar. No pude controlarlo.
Me apreté contra Heechul y mientras me vaciaba en su interior, le devoraba la boca y entonces sentí algo caliente entre nuestros cuerpos y su entrada se contraía alrededor de mi mientras él se vaciaba entre nuestros vientres.
Nos quedamos un rato así. Acariciando y besándonos.
Mi cuerpo ancho cubría el suyo sin salir de su interior. Heechul me agarró de la cintura y lo miré. Acaricié nuestras narices juntas, mientras cerraba mis ojos y aspiraba el olor a sexo y el suyo en particular.
-No quiero salir dentro de ti.- dije moviendo en círculos mis caderas.
Heechul sonrió y gimió por el roce.
-Pues quédate ahí.
De pronto, su mirada se puso triste y yo sabía qué era lo que pensaba.
-¿Te... lastimé?- no quería hablar sobre lo que estaba rondando su mente ahora.
Él negó.
-Donghae, yo-
Callé sus palabras con mis labios. No tenía remedio el hablar sobre escapar juntos justo ahora.
Movi mis caderas un poco mas hasta que rocé una parte en su interior provocándole un gemido de puro gusto.
Ambos empezamos a endurecernos de nuevo. Él entre nuestros cuerpos y yo en su interior. Agarre su nuca apretando más nuestras bocas y embestí fuerte. Heechul gritó pero no me detuve.
Comencé una serie de duras estocadas que hacía que él cuerpo bajo el mío ondulara con cada choque.
Mordí su lengua y Heechul soltó un gemido ahogado. Se vino, mojando nuestro cuerpo otra vez y, al sentirlo, me vacié golosamente dentro de él.
Sus ojos comenzaron a cerrarse.
Salí de su cuerpo, limpié como pude nuestros cuerpo y me acosté a su lado abrazándolo.
Esa noche soñé que Heechul y yo vivíamos felices en un lugar donde nada malo pasaba y solo el amor existía para nosotros.
Pero, claro. Eso solo era un sueño.
Nada más.
Vaya, por más que se aprecien, Donghae no va a cambiar la idea de quedarse por su abuelo, creo que ese es el principal motivo.... Heechul ya hizo todo lo que está a su alcance por convencerlo
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