Capítulo 10
Pude al fin relajarme unos minutos después de que la puerta se cerró de un portazo.
Me dejé caer hacia atrás en el medio de la cama y cerré los ojos. Estoy muy cansado y hambriento.
Me acurruqué con las sábanas y traté de no pensar en lo que había pasado aquí. En sus labios, sus manos, sus brazos, su lengua.
No permitiré que me posea. Al menos no mentalmente.
La puerta se abrió de golpe, quede sentado de inmediato en la cama tapándome con la sábana.
Siwon estaba de pie en la entrada mirando con ojos muy oscuros y los labios apretados en una mueca molesta. En su mano llevaba una...¿fusta?
Bajo de la cama y corro hacia el baño pero él me alcanza agarrándome de mi cabello corto, y el otro brazo lo rodea por mi cintura.
-Quiero tu cabello largo... y desordenado.- dice mientras aprieta sus dedos en mis cabellos. Me quejo. Hala hacia atrás hasta que mi cabeza cae en su hombro y hace que lo mire.- Así puedo maltratarte más.
Choca sus labios con los mios. Un beso fuerte y demandante. Como todo en él.
La mano que apretaba mis cabellos ahora me toma del cuello y me estrangula mientras su lengua empuja su entrada a mi boca. Jadeo y trato de zafarme, lo que provoca que apriete más su mano en mi garganta. Dejo de luchar.
Saquea mi boca con su lengua y yo me dejo hacer, no tengo otra opción. En un momento me suelta, me hala hacia una parte de la habitación donde se hayan muchas cosas de cuero en las paredes, como látigos, fustas, esposas y mordazas. También hay plumas, varas, dildos y sogas.
Mi bilis sube por mi garganta.
Me deja de pie en medio de esa área. No me lo dice, pero sé que no debo moverme de este lugar. Hala unas cadenas de la pared a mi izquierda y toma mi brazo. El final de la cadena tiene una esposa de cuero, la envuelve alrededor de mi muñeca y la ajusta. La suelta y hace lo mismo con la cadena que está a mi lado derecho, ajustándola de igual manera.
Agarra otras dos cadenas del suelo y que están sujetas a las mismas paredes, me da unas palmadas en el interior de los muslos. Los separo. Me da otras palmadas más fuertes así que me abro más. Mi pene esta flojo y se jamaquea por los golpes. Amarra esas otras esposas en cada uno de mis tobillos y los ajusta de igual manera.
Camina a cada una de las paredes y hala las cadenas haciendo que mis extremidades se abran más. Me quejo por la molestia en mis hombros y en mis muñecas.
Cuando estoy bastante abierto, mi cuerpo en forma de X de pie sin poder moverme, él se detiene frente a mí y sonríe.
-¿Recuerdas lo que te dije afuera, en los arbustos?- no respondí.-Te he preguntado.
-¿Qué de tantas cosas?- le contesto con desprecio.
Siwon corta el espacio entre los dos y me agarra otra vez de los cabellos, halando mi cabeza hacia atrás y nos miramos. Sus ojos destellan furia, y de seguro los míos también.
-Me desobedeces y tu piel pagará las consecuencias.
-Entonces, hazlo.
Él gruñe y deja caer con fuerza su mano libre, la que no me agarra de los cabellos, en mis nalgas. Trago mi quejido sin quitarle la mirada de encima. El vuelve y golpea y yo me aguanto cualquier otro sonido de mi boca como un buen hombre.
Siwon se molesta, me suelta de los cabellos y va hasta la pared. La fusta que llevaba hace unos instantes en su mano yace encima del sillón negro. Él observa los objetos en la pared y se decide por una vara.
Camina hacia donde estoy con su frente fruncida y se detiene detrás de mi. El primer golpe llegó y quemó mi piel. La vara podrá ser fina pero es dura. El área comienza a picar y otro golpe llega.
No retengo más mis quejidos y salen traicioneros de mi boca. Otro golpe, y otro más, y no me doy cuenta que estoy llorando, que no puedo detener ni mis lágrimas ni mi saliva de bajar por mi rostro y mi cuello.
Hago fuerza en mis brazos por
cada golpe, lastimando de paso mis muñecas.
Me concentro en aguantar lo que venga porque no sé hasta donde pueda. Siwon golpea una y otra vez en los mismos lugares cada vez más fuerte haciendo que el ardor y dolor sean insoportable. Parece rasgar mi piel.
Mi visión se nubla y me da náuseas.
-Por favor...Basta. ¡Por favor!- Lloro con fuerzas. Estoy tan exhausto. Han sido muchos acontecimientos y sensaciones en las últimas horas.
Solo quiero acostarme y descansar y no pensar en nada más.
Lloro por el dolor en mi cuerpo, el dolor en mis glúteos y el dolor en mi alma. Me siento tan abrumado y humillado que lo único que ronda en mi mente es la palabra Rendición.
Cuando no llega otro golpe, dejo caer mi cabeza entre mis hombros adoloridos. Tengo los ojos cerrados pero escucho a Siwon moverse y mover las cadenas. En unos segundos estoy libre y él me agarra en sus brazos. Me limpia el rostro y me alza al aire.
No forcejeo, ni abro los ojos ni la boca, no me muevo, no hablo.
Me recuesta en la cama y él se posa a mi lado. No sé en qué momento agarró un líquido, como una crema, y la extiende por toda mi parte trasera donde me golpeó.
Mi cabeza está recostada en su antebrazo y su mano acaricia mis cabellos cortos mientras la otra mano cubierta de crema masajea mis nalgas.
Suelto suspiros en contra de mi voluntad por lo bien que se siente y lo bien que esta calmando el ardor y picor en mi piel lastimada.
Me aprieta más a su cuerpo, sus labios rozan mi sien y mi mejilla húmeda, se mueven hasta llegar a mi oreja la cual besa.
-Yo no quiero lastimarte. No de esa forma que te haga sufrir como lo hiciste. Me descontrolé.- su voz sonaba un poco rota.- Lo siento.- dijo las últimas palabras mucho más suaves y bajas que las demás, y aunque su boca estaba pegada a mi oreja, se escuchaba lejos.
Me sorprendí mucho por este cambio y recordé como él se veía afuera conmigo en los arbustos cuando yo intentaba escaparme. En un momento estaba molesto, en otro perdido y al segundo excitado.
Por primera vez, lo entiendo.
Yo he tenido esas, y otras más sensaciones. Toda esta situación es como estar montado en una montaña rusa: en un instante te sientes nervioso, otro asustado y después excitado, y todo vuelve a repetirse.
Pero aquí hay más que eso. Aquí he sentido deseo y dolor, miedo y lujuria. Me he sentido impotente y vulnerable, incluso llegué a temer por mi vida y me pregunto si aún lo hago.
Levanto mi rostro y lo miro...
No. Ya no lo hago.
Él me observa con cautela. Estudiándome, y yo a él.
Continúa con su masaje en mis glúteos.
-¿Se siente mejor?
No contesto de inmediato, pero cuando lo hago, siento su cuerpo relajarse un poco.
Cierro los ojos de nuevo y acomodo mi cabeza debajo de su barbilla mientras la palabra Rendición se repite en mi cabeza. Si más “desobedecía” más sufriría, y creo, que ya es suficiente con todo lo que he llorado en un solo día.
Su mano dejó de masajear mis glúteos e intentó alejarse de mi. Yo no me moví, no de inmediato, sentí una urgencia desconocida de no dejarlo ir, pero me contuve y aún con los ojos cerrados me moví y permití que él sacara su brazo de debajo de mi.
Cuando sentí la ausencia, apreté más mis ojos cerrados y me hice un ovillo en la cama temblando.
Mi mente estaba tan abrumada que no me había dado cuenta que en ningún momento lo escuché marcharse de la habitación.
Abro los ojos y lo veo de pie junto a la cama observándome con su ceño fruncido y la mirada consternada y preocupada.
Me encojo más en mi posición casi haciéndome bola encima de la cama.
Él mira hacia la puerta y luego a mi. Parece batallar entre quedarse e irse, y yo quiero que se vaya...y que se quede.
Lo escucho respirar profundamente y se desviste. Yo comienzo a alejarme hasta moverme hacia el otro lado de la cama. Él sube a ella y hala la sabana de seda. Se arropa con ella pero una parte la deja levantada invitándome a acercarme y entrar en ese calor, pero sé que no sólo sería el calor de la tela, sino también de su piel.
Abrazo más mi cuerpo con mis brazos y niego con mi cabeza contra la almohada.
Rendición.
Él me sostiene la mirada...
Rendición.
Desenvuelvo mis brazos de mi cuerpo y me acerco a él, permitiendo que él me cubra el cuerpo con la sábana y su cuerpo, y mi boca por la suya.
Le respondo el beso y sus caderas se mueven encima de mi. Es extraño, prohibido y abrumador.
Cuando sentí su erección presionar con fuerza contra la mía que yacía floja, me asusté y traté de alejarme de debajo suyo pero él no me lo permitió. Comencé a temblar y tener dificultad para respirar. Siwon levantó su cuerpo sólo un poco hasta que ya no sentía un contacto directo en esa área.
Volví a recuperar mi respiración y tapé mi rostro con mis manos mientras lloraba de nuevo.
Él se movió de encima de mi, se acostó a mi lado y me envolvió en sus brazos.
-Estoy rompiendo mis reglas por ti, y no sé cómo lo haces.- Acaricia mis cabellos y deja suaves besos en la parte arriba de mi cabeza. Lo escucho soltar una risa.- Y pensar que sólo han pasado algunas horas.- Suspira.
He dejado de llorar pero, aún mantengo mis manos en mi rostro mientras lo escucho.
-Tienes esa habilidad de alterar mi corazón, mi alma y mi cuerpo, sin siquiera tocarme.
Me aprieta más a él, como si quisiera fundirme en su cuerpo o él en el mío, o quizás tiene la necesidad de sostenerse a mi; o quizás, todas las anteriores.
Rendición.
Destapo mi rostro y llevo mis manos a su pecho. Él toma un respiro profundo y lo suelta.
-Yo literalmente te anhelo. A ti. A tu tiempo, a tu afección y amor. Tus más profundos secretos e inseguridades. Tus grandes pasiones...- Sus dedos acarician por el largo de mi espalda, bajan hast llegar al inicio de la hendidura de mis nalgas.- Yo quiero estar ahí.- Baja más sus dedos, acariciando todo el largo de la división.- Ahora mismo, si pudiera.
Me tenso de nuevo y hago fuerza de alejarme aunque no lo logro.
-Kitty, no lo haré. No hasta que me lo permitas.
Nunca.
-Yo sólo quiero recostarme y sostenerte, respirarte y darte todo el amor que tengo reservado y que ahora sé que sólo es para ti.
El me toma de la barbilla y hace que lo mire, sus ojos brillosos bailan por los míos y sus labios están entreabiertos. Su rostro lo dice todo, trata de descifrar qué hay en mi que lo ha hecho ser como esta siendo ahora. Y yo no sé qué he hecho ni tampoco sé qué es lo que él está haciendo porqué de un momento a otro, soy yo quién reclama sus labios.
Y llegas a un punto donde ni tú mismo sabes como te sientes, no sabes si es tristeza, enojo, decepción...simplemente sabes que estás mal.
Vaya Siwon si que está en un gran dilema y aunque no sabe los sentimientos contradictorios de Heechul, ojalá que cambie su actitud con éste, para evitar que lo acabe psicológicamente o físicamente ...no se se c primero
ResponderEliminarAy por dios me encantaaaa
ResponderEliminarSigo fascinada porque lo actualices. Van muy rápido los dos ya en un mes estarán casados ggg
Ojsla actualicen pronto. 😬
ResponderEliminarActualiza me encanta hee todo sumiso xD ❤
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